Se acerca el momento, cada vez queda menos para que el carillón de la Puerta del Sol empiece a bajar y llegue el momento más esperado de la Nochevieja: las campanadas. En España la tradición marca comer una uva con cada campanada. Algunos disfrutan de la celebración en casa junto a su familia. Tras una contundente cena con todo tipo de platos tradicionales, la mesa cambia los cubiertos por las copas de cava para brindar y en los platos se divisan las inconfundibles 12 uvas.
Otros optan por un plan mucho más masivo. Mucha gente acude a la Puerta del Sol o a plazas tradicionales para comer las uvas en un ambiente mucho más poblado, bastante más abrigados, salvo en Canarias, pero con una fiesta igual de alegre. También muchos optan por tomas las uvas de manera diferente por pura superstición. Hay gente que decide vivir este momento único agachado, sin mirar a la televisión o debajo de la mesa.
Más allá de costumbres y manías, lo importante es el alimento. En todas las tiendas y supermercados encontramos muchos tipos de uva durante las semanas previas. Hay personas que se deciden a comprar unas u otras según su color, su tamaño o su presencia. Otras simplemente eligen las primeras que ven. A continuación, presentamos cinco trucos para escoger las mejores, según 'Consumer'.
La mayoría de los españoles compran las uvas con algo de antelación para evitar sustos y carreras de última hora. Para que lleguen a las campanadas de la mejor manera, las uvas se deben conservar de la siguiente manera:
Perlarlas o no es totalmente opcional. Hay gente que prefiere hacerlo para que sean más sencillas de tragar mientras que otros prefieren comerlas de manera uniforme. Algunos también prefieren abrirlas para quitar las pepitas y otros lo ignoran. En la actualidad, también hay uvas que vienen sin pepitas e incluso peladas.
La presentación también da opción al invento. Se pueden poner en un bol individual, en un plato, en una copa de cava, en una brocheta, en bolsitas y todo lo que se pase por la mente. Una vez colocadas solo queda esperar a que llegue la hora y aguantar la risa durante las campanadas para comenzar el año siguiendo la tradición de la mejor manera.