El modelo económico del fútbol francés "está muerto" después de que sus clubes profesionales perdieran 250 millones de euros la pasada temporada y que la situación este curso no vaya a mejorar, según desveló el responsable del control financiero de la liga francesa a "L'Equipe".
"La situación sigue siendo complicada", ya que los clubes acumulaban una pérdida neta de 250 millones a pesar de que realizaron "muy buenas" ventas por 830 millones, señaló Jean-Paul Mickeler, responsable de la Dirección Nacional de Control y Gestión (DNCG), el gendarme económico de la Ligue 1. Mickeler precisa que los clubes de Primera División perdieron 150 millones la pasada temporada por 100 los de segunda. Mickeler advierte de que la situación se va a agravar, ya que los clubes profesionales recibieron la pasada temporada 550 millones de euros del acuerdo con el fondo inversor estadounidense CVC, pero esta temporada la cantidad van a recibir por ese concepto caerá a 136 millones. También van a bajar mucho los derechos de televisión, debido al menor interés de la liga francesa entre las cadenas.
El responsable de la DNCG incide en que en los últimos años los clubes franceses "no han trabajado" en la reducción de su masa salarial. Entre los clubes seguidos por la UEFA en toda Europa, la masa salarial supone una media del 53 por ciento de sus ingresos, pero en Francia esa cifra se dispara al 67, añade. "Cuando se añade a eso que los derechos (de televisión) domésticos son menos elevados que en otros países, y una menor capacidad para generar ingresos complementarios, se comprende que estamos ante el final de un modelo", remacha.
Mickeler recuerda que este problema no es exclusivamente francés, ya que hay clubes con pérdidas en Inglaterra, Italia o España, pero insiste en que "la prioridad absoluta para nuestros clubes de aquí a mayo es la de aligerar sus masas salariales". "El modelo económico, tal como existía, está muerto", sentencia, y pone como ejemplo el éxito del modesto Brest, que está teniendo un éxito inesperado en la Liga de Campeones de la UEFA: "El dinero no lo es todo".
La Liga de Fútbol Profesional francesa (LFP) decidió, tras un informe de la DNGC, relegar de forma cautelar a Segunda al histórico Lyon si no reduce de forma notable su masa salarial antes del final de la temporada. Mickeler explica que la DNGC entiende que la firma dueña del Lyon, la estadounidense Eagle Group, tiene un plan de recuperación financiera, pero que mientras no se realicen las acciones previstas (venta del Crystal Palace inglés, salida a Bolsa del grupo en Nueva York y traspasos de jugadores) la obligación del organismo "es ser escéptico". "La DNGC solo desea una cosa: que John Textor (dueño del club) concrete esas operaciones importantes y que podamos anular ese descenso en nuestra próxima audiencia", recalcó.
Y la crisis del fútbol francés se ha extendido a la selección con las críticas que han despertado los futbolistas internacionales por sus indumentarias en la llegada a las concentraciones. Exjugadores e hinchas acusan a los jugadores de "montar un circo monumental" como sucedió con los zapatos de tacón de Jules Kounde o la capucha integral amarilla de Ibrahima Konaté. "Me gusta vestirme bien, me encanta la moda, la ropa y todo lo que está alrededor de ella", dice Koundé. El azulgrana y Konaté se presentan como dos iconos de la moda e incitan al resto de compañeros a portar modelos dignos de la Semana de la Moda de París, de la que además son asiduos.
El central del Liverpool, de 25 años, dejó boquiabiertos a propios y extraños el pasado octubre portando una capucha con rendijas que le cubría toda la cabeza y que tenía una cremallera en el medio. La vestimenta salió de la semana de la moda parisina de junio, durante un desfile de la marca Kenzo, del grupo LVMH. Kounde, de 26, tampoco se quedó lejos cuando en septiembre se atrevió a entrar a la ciudad deportiva de Clairefontaine en botas con tacones de varios centímetros y chaqueta de cuero, en una estética que homenajeaba lo andrógino. El defensor del Barcelona es, de hecho, la imagen de marca del creador francés Jacquemus, caracterizado por la reutilización de materiales y cortes poco ornamentados, pero originales.
Anne-Flore Maman Larraufie, consultora del sector del lujo y especialista en gestión de marcas, juzga que la introducción del lujo en el mundo del fútbol de élite es un paso natural, tanto por la propia evolución del deporte hacia "un espectáculo" como por los patrocinios que los jugadores firman con marcas. "No me sorprende para nada que estrellas, digamos los Lady Gaga del fútbol, pretendan destacarse del resto siendo un poco originales posicionándose de manera diferente a sus colegas", comenta Maman Larraufie.
Precisamente, ese ansia de distinguirse es la que ha causado malestar entre exjugadores y aficionados franceses. Jérôme Rothen, exfutbolista del Mónaco y PSG, y 13 veces internacional con Francia, tildó de "circo monumental" la llegada de "Les bleus" a Clairefontaine en octubre. "Es increíble aceptar eso, cuando tú eres Didier Deschamps, cuando sabes cómo él se viste. ¡Parad con todo esto y venid en chándal! En España, Inglaterra, Alemania e Italia es la misma generación ¿cómo vienen vestidos ellos?", se indignó Rothen. Recogiendo el guante de las críticas con cierta sorna, Kounde se presentó en la última concentración con la chaqueta del chándal de la selección francesa de la Eurocopa de 1992, una elección "vintage" que dio mucho que hablar.