Un tribunal chino condenó a muerte a Fan Weiqiu por un atropello masivo que el pasado mes de noviembre dejó al menos 35 muertos y 43 heridos en la ciudad de Zhuhai, provincia meridional de Cantón.
El fallo, emitido este viernes por el Tribunal Popular Intermedio de Zhuhai, declaró a Fan culpable de emplear métodos peligrosos para atentar contra la seguridad pública, informó la cadena estatal CCTV.
Además de la pena de muerte en primera instancia, Fan fue privado de por vida de sus derechos políticos.
El suceso ocurrió el 11 de noviembre, cuando Fan, de 62 años, condujo su vehículo de manera deliberada contra un grupo de personas que realizaban ejercicio en el Centro Deportivo del Distrito Xiangzhou.
Testigos citados por el medio local Caixin señalaron que el atacante condujo su vehículo "en círculos" sobre la pista de atletismo, afectando a "todas las áreas" y dejando un rastro de víctimas y daños significativos.
La investigación policial atribuyó el ataque a la insatisfacción de Fan con su vida personal, especialmente respecto a la división de bienes tras un reciente divorcio.
Durante el juicio, el tribunal determinó que los motivos de Fan fueron "extremadamente viles", la naturaleza de su crimen "excepcionalmente atroz", sus métodos "particularmente crueles" y las consecuencias "extraordinariamente graves", causando un daño significativo a la sociedad.
En un proceso público que contó con la presencia de familiares de las víctimas, Fan admitió su culpabilidad y se revisaron extensas pruebas, incluidas grabaciones de cámaras de seguridad y testimonios.
En el último año se ha multiplicado en el país asiático el número de ataques indiscriminados contra transeúntes, normalmente perpetrados por agresores con un cuchillo, aunque se han registrado atropellos contra multitudes.
El año pasado, un atropello contra una aglomeración de peatones también en la provincia de Cantón dejó seis muertos y 29 heridos.
La prensa local y los internautas suelen calificar estos episodios como "venganza contra la sociedad" al tratarse de ataques en los que el autor actúa contra personas inocentes motivado por la frustración debida a disputas legales, sentimentales o comerciales.
China no publica cifras oficiales de ejecuciones, pero Amnistía Internacional estima que miles de condenas a muerte se llevan a cabo cada año en el país asiático, informa Efe.