El futuro de Siria es incierto con los nuevos gobernantes de Damasco, así como también lo es el destino de los cientos de miles de refugiados sirios que se establecieron en Alemania desde 2015. Desde el primer momento, ha comenzado un debate en torno a la revisión del estatus de asilo asignado a los refugiados de dicho país. El partido socialdemócrata del canciller Olaf Scholz ha pedido calma ante las reclamaciones de devoluciones de sirios a su país con el nuevo gobierno. El propio canciller declaró en su mensaje navideño: "Quien trabaje aquí, quien esté bien integrado, es y será siempre bienvenido en Alemania. Esto es completamente evidente". Además, agregó que "algunos de los refugiados esperan poder regresar pronto a su patria", y les prometió: "También les apoyaremos, tan pronto como la situación lo permita".
La extrema derecha del partido Alternativa por Alemania (AfD), el segundo partido en intención de voto para las próximas elecciones, ha pedido que se reevalúe la situación de Siria y se considere dicho país como "país de origen seguro". El partido verde Bündnis 90/Die Grünen ha alertado que un endurecimiento de la política de migración en el caso de los sirios podría salir muy caro al país. Los cristianodemócratas de la Unión de CDU y la CSU, por su parte, creen que hay que ofrecer la posibilidad de repatriaciones voluntarias con algún incentivo. El vicepresidente del grupo parlamentario de la Unión y exministro de Sanidad de Angela Merkel, Jens Spahn, propuso en la televisión n-tv que se ofreciese un incentivo económico de unos 1.000 euros a aquellos sirios que, de forma voluntaria, quisieran regresar a su país.
El candidato de la Unión para las próximas elecciones, Friedrich Merz, enfadó a su propia formación al emitir unas declaraciones que resultaron no solo erróneas, sino similares en tono a las de la AfD: "Dos tercios no trabajan, y la mayoría de ellos son hombres jóvenes, y muchos de ellos pueden regresar". Sin embargo, según datos de la agencia de empleo alemana, el 73% de los sirios tiene un empleo en Alemania. Lo cierto es que alrededor de medio millón de sirios recibe ayudas del Estado, y era a esto a lo que se refería Merz. No obstante, el político olvidó por un momento que recibir ayudas no significa no tener empleo en un país en el que, otrora, los salarios permitían vivir sin necesidad de subsidios.
En el debate se ha obviado a menudo, tal vez por razones electorales, que una nueva valoración del estatus de asilo no afectaría a la tercera parte de los alrededor de 712.000 sirios que, según cifras de la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados, ya tienen una autorización de residencia permanente o poseen la nacionalidad alemana. El retorno de este grupo de personas sería, en todo caso, voluntario pero bastante improbable.
Por otro lado, las organizaciones de defensa de los derechos de los refugiados advierten desde hace tiempo que el concepto de "país de origen seguro", que se aplica a procedentes de algunos países de los Balcanes, es en sí ilegal. Para revocar la protección de refugiado hay que examinar caso por caso y comprobar si la persona se encuentra en peligro por alguna razón. Esto hace suponer que, de decidirse la extradición masiva de sirios, podrían producirse protestas en contra, como ya ha sucedido en casos de deportaciones colectivas.
En medio del debate sobre el retorno de los refugiados sirios a su país, se han alzado voces que advierten sobre las consecuencias de deportaciones masivas. La Asociación de Hospitales de Sajonia explicaba en un comunicado el pasado 11 de diciembre que muchos hospitales de la región enfrentarían graves problemas si los médicos sirios regresaran a su país, ya que, en muchos casos, son ellos quienes ocupan plazas en localidades pequeñas y áreas rurales.
Según datos de la asociación, en Sajonia hay aproximadamente 400 médicos de origen sirio, mientras que en el estado de Turingia se cuentan unos 350 más, y en Sajonia-Anhalt, alrededor de 140. Detrás de ellos hay un largo proceso de reconocimiento de sus calificaciones obtenidas en su país de origen, así como de aprendizaje del nuevo idioma. Por ello, se da por hecho que muchos de ellos permanecerán en Alemania, incluso si en Siria hubiese, en teoría, más estabilidad que hasta ahora.
Según el Colegio de Médicos de Alemania, son varios miles los médicos sirios que trabajan en todo el país, constituyendo el mayor grupo extranjero de médicos en la república. La mayoría de ellos trabaja en hospitales. La televisión pública MDR citaba al vicepresidente de la Cámara Médica de Sajonia, Uwe Köhler, quien aseguraba que no cree que todos los médicos sirios decidan irse de un día para otro, pero que, si lo hacen, habrá que respetarlo. "Nuestros problemas aquí debemos resolverlos nosotros mismos", explicaba Köhler al citado medio.
Lo cierto es que Siria necesita a sus médicos, y también es un hecho que estos han sufrido, al igual que otros extranjeros en el este de Alemania, el creciente racismo de los últimos años y el ascenso de la extrema derecha representada por el partido AfD.