Durante su vida, todas las personas hablan, coinciden e intercambian pareceres con otras. En ocasiones, unas más que otras, ayudan al que tienen al lado. La respuesta no siempre es similar, cada persona responde a la ayuda de una forma diferente. Algunas lo hacen mostrando un agradecimiento totalmente sincero, que se puede apreciar en sus palabras, en sus gestos y hasta su expresión. Otro grupo da las gracias simplemente por cortesía y un tercero ni siquiera pierde un segundo de su tiempo en agradecer a los demás.
La ayuda tampoco se realiza igual en todos los casos. Un sector ayuda de forma desinteresada al prójimo simplemente porque les hace felices y se sienten mejor mientras que otro presta su ayuda esperando algo a cambio. También hay gente que la ayuda al sentirse obligado por la situación o por haberla recibido previamente. Los comportamientos de las personas desagradecidas se pueden intuir, pero según varios expertos hay frases que las definen.
Los niños que son criados con cuidadores y padres que
priorizan la gratitud en sus vidas tienden a tener mejores relaciones sociales
y una salud emocional más equilibrada que aquellos que no la practican. Si los
padres esperan gratitud como respuesta a cada acción que hacen con sus
hijos, ellos aprenderán ese comportamiento y exigirán en sus
relaciones que se les dé las gracias por comportamientos y acciones que
son simplemente algo normal una relación saludable, según explica un
estudio publicado en la Librería Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Un estudio de American
Psychological Association explica las relaciones tienden a
generar menos sentimientos negativos si se muestra gratitud. Cuando no se
prioriza esta gratitud, se suelen experimentar más emociones incómodas como la
culpa o la vergüenza. Además de estos, suelen aumentar los pensamientos de que
las personas del círculo más cercano solo nos buscan por lo que les damos o
hacemos por ellos, sin caer en lo que pueden llegar a hacer por nosotros.
Las personas menos agradecidas tienen siempre a estar
mirando al futuro, sin disfrutar el presente, según otro estudio, también publicado Librería
Nacional de Medicina de los Estados Unidos. El no estar satisfecho
genera toxicidad en la relaciones humanas. Al empatizar con otra persona, crece
la confianza, la intimidad y otros aspectos que mejoran las relaciones humanas.
Las dos últimas están directamente relacionadas con los sentimientos. La Librería Nacional de Medicina de los Estados Unidos también recoge otra investigación que explica que los desagradecidos tienden más a victimizarse y culpar a los demás de sus sentimientos negativos. Lo hacen para eludir sus responsabilidad buscando que otras personas sacrifiquen su bienestar emocional para apoyarlas en todo lo posible.
Este último estudio fue publicado por Harvard
Health Publishing y sostiene que las personas que expresan
gratitud con más frecuencia son generalmente más felices que aquellos que
no lo hacen. Esto se debe a que las que no lo hacen están menos satisfechas con
ellas mismas y con lo que les rodea. Esto provoca que se vean alteradas sus
relaciones e incluso su desarrollo personal.