Rufián es una de las figuras políticas más importantes que tiene afición al fútbol. De hecho, es un fiel es un ferviente seguidor del Espanyol, el equipo de fútbol de Barcelona que históricamente ha sido visto como la segunda opción frente al todopoderoso FC Barcelona. De hecho, no dudó en hacer pública su afición, aunque no sin antes enfrentar ciertas críticas dentro de su propio partido. "La primera vez que un compañero de Esquerra se enteró de que yo era perico me dijo que si quería perder las elecciones", revela Rufián entre risas. Su respuesta fue contundente: "También hay gente del Espanyol en Cataluña y hay que apoyar a todos los equipos catalanes, más allá del Barça".
Rufián no solo defiende su amor por el Espanyol, sino que también aclara que no es "anticulé", sino más bien "antifascista". De hecho, le gustaría que Cataluña tuviera la oportunidad de competir en competiciones internacionales de fútbol, como lo hace Escocia. "Si hubiera un España-Cataluña, me gustaría que ganara Cataluña", confiesa, explicando que siempre se identifica con los más pequeños, "porque es el pequeño el que necesita más apoyo".
En su juventud, Gabriel Rufián fue un apasionado del atletismo, practicando pruebas de corta distancia como los 100 y 300 metros. Hoy en día, mantiene el hábito de correr, aunque de forma menos competitiva. "Ahora salgo por la Casa de Campo y hago hasta 12 kilómetros, pero en competición lo máximo que he hecho es un 5K en Santa Coloma", señala. A pesar de que el atletismo sigue siendo su deporte favorito, Rufián también disfruta del fútbol y de otros eventos deportivos, y destaca el poder unificador que tiene el deporte, especialmente en sociedades como la española, tan dividida políticamente.
"La Roja", la selección española, es otro de los temas que Rufián aborda con una mezcla de emoción y reflexión. Aunque reconoce el talento de equipos como el de la España que ganó el Mundial de 2010 y la Eurocopa 2012, también asegura que le gustaría ver a Cataluña compitiendo de forma independiente en competiciones internacionales. En este sentido, no le da miedo expresar lo que piensa: "A mí lo que me gustaría es que lo que considero mi país, que es Cataluña, pudiera competir como lo hace Escocia". "Sin catalanes y vascos igual La Roja no ganaba ni a Senegal", aseguró.
Rufián también ha sido crítico con algunos aspectos de la relación entre la política y el fútbol. Por ejemplo, lamenta que algunos partidos políticos no feliciten a deportistas que representan logros para la sociedad, solo por su origen o ideología. Un ejemplo claro fue la falta de apoyo por parte de Vox hacia la atleta Ana Peleteiro, quien ha denunciado públicamente la xenofobia y la homofobia. "Eso me parece miserable", afirma el portavoz de ERC, al tiempo que defiende la idea de que el deporte debe ser inclusivo y una herramienta para luchar contra el racismo y la discriminación.
En este contexto, también lamenta que algunos sectores de la política española no puedan ver el deporte como algo despolitizado. "Yo estoy en contra de esa idea que sostiene que no hay que politizar el deporte", reflexiona. Recuerda que cuando figuras como Piqué, en su momento, se posicionaron en favor de la autodeterminación de Cataluña, muchos lo atacaron ferozmente. Mientras tanto, cuando figuras como Rafa Nadal se relacionan con la monarquía, eso no parece generar la misma polémica. "Es curioso que algunos digan que eso es respetable, mientras criticaron a Piqué", apunta.
Uno de los deportistas que más ha capturado la simpatía de Gabriel Rufián es el joven Lamine Yamal, quien se ha destacado como una promesa en el fútbol español. "Es complicado venir de donde viene y aguantar lo que ha aguantado en cuanto a presión", comenta Rufián sobre el jugador, quien ha sido objeto de críticas por su origen, especialmente desde sectores cercanos a la extrema derecha. "Es criticado y señalado por el fascismo, y a mí eso siempre me genera simpatía", concluye Rufián, reafirmando su apoyo a aquellos que luchan contra las injusticias sociales.
Una de las frases más comentadas de Gabriel Rufián en los últimos años fue su afirmación de que "soy del Espanyol y un poquito del Real Madrid". Esta declaración fue hecha en 2019 durante su intervención en El Partidazo de COPE, lo que generó revuelo entre los seguidores del Espanyol. Sin embargo, Rufián matiza: "No soy socio del Real Madrid, pero simpatizo con su espíritu de que, pase lo que pase, van a ganar". En este sentido, Rufián no ve contradicción en su amor por el Espanyol y su admiración por el carácter competitivo del Real Madrid.
"No vengo de una familia futbolera", aclara Rufián, explicando que su pasión por el fútbol no tiene raíces familiares. A pesar de ello, se siente identificado con aquellos equipos que, a pesar de las dificultades, logran mantenerse competitivos. "Me interesa mucho la táctica y la gestión de grupo", señala, destacando su admiración por entrenadores como Guardiola y Cruyff, así como su respeto por las virtudes de equipos como el Real Madrid, a pesar de no ser un seguidor fanático de este club.