El Gobierno arrancará en enero de 2025 la negociación para los Presupuestos Generales del Estado. Los contactos con algunos grupos ya han comenzado, pero Pedro Sánchez se enfrenta a una nueva "cuadratura del círculo", debe hacer compatibles los intereses y exigencias de socios ideológicamente antagónicos y conseguir atraer a "todos todo el tiempo". El clavo del abanico de la mayoría de investidura sigue siendo Junts. Los independentistas ni siquiera se han sentado oficialmente en la mesa de negociación hasta que Moncloa materialice los compromisos pendientes. En el marco de las conversaciones actuales: el traspaso "integral" de las competencias de inmigración que podría servir también para desbloquear la reforma de la ley de extranjería para dar salida a los menores migrantes no acompañados que se encuentran en Canarias.
Sin embargo, las dificultades para acordar con los posconvergentes han hecho que fuentes gubernamentales vuelvan a hacer circular el argumentario que ya utilizaron hace meses para "desdramatizar" una prórroga presupuestaria. El mejor termómetro para verificar el estado de la relación, del optimismo a la resignación. Que Sánchez está dispuesto a gobernar "con o sin el concurso" del poder legislativo ya lo anticipó él mismo en un discurso ante el Comité Federal del PSOE el pasado mes de septiembre. Más allá de la gravedad de la declaración, el mensaje que quería trasladar el presidente es que un veto a las cuentas no desencadenará un acortamiento de su mandato. Al contrario de lo que él mismo le exigiera al PP cuando estaba en la oposición, el jefe del Ejecutivo está dispuesto a agotar la legislatura en 2027 aunque sea incapaz de aprobar unas cuentas públicas.
"No es ningún drama", señalan fuentes de Moncloa, que intentan restar capacidad de influencia y presión al líder de Junts, Carles Puigdemont. Aseguran que los actuales presupuestos tienen un margen amplio para ir ajustando en un nuevo ejercicio. Los actuales son de 2023, porque en 2024 el Gobierno ya renunció a su obligación constitucional de presentarlos. En el Ejecutivo señalan que las conversaciones avanzan en segundos niveles, con el grupo parlamentario y con Jordi Turull. Sin embargo, no esconden que todo depende de la volatilidad del expresidente de la Generalitat, que lo puede echar todo a perder. En el Gobierno tienen trazado el calendario, esperan que en enero puedan producirse avances en el Consejo de Política Fiscal y Financiera en el que Hacienda llevará la quita de la deuda como oferta estrella para atraer a las CC AA del Partido Popular.
"La perspectiva es poderlos presentar y ojalá aprobar en ese primer trimestre del año 2025", ha señalado en una entrevista en La 1 la ministra de Educación y portavoz gubernamental, Pilar Alegría. También ha incidido en que ese es el "deseo y la responsabilidad" del Gobierno, porque "sería muy positivo que el país tuviera unos nuevos presupuestos para que los retos de la legislatura en materia de vivienda, educación y políticas sociales se hagan realidad".