Las nuevas autoridades de Siria han iniciado una operación en la provincia occidental de Tartus contra "milicias" leales al antiguo régimen de Bachar al Asad. Esta acción se produce tras la muerte de catorce miembros de las fuerzas de seguridad en combates en la zona. La caída de Asad ha dado lugar a un nuevo gobierno, pero las milicias leales al antiguo régimen siguen activas en algunas zonas del país, lo que representa una amenaza para la estabilidad y la seguridad.
El Departamento de Operaciones Militares ha anunciado el inicio de una "operación para preservar la paz civil y la seguridad". El objetivo es "neutralizar a las milicias de Al Assad que siguen presentes en bosques y colinas de los alrededores de Tartus".
Este anuncio llega horas después de la muerte de al menos catorce miembros del nuevo Ministerio del Interior en una "emboscada". El ministerio ha afirmado que "golpeará con mano de hierro a cualquiera que se atreva a alterar la seguridad de Siria y la vida de su pueblo".
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la patrulla atacada se dirigía a arrestar a Muhamad Kanjo Hasan, ex director del departamento de justicia militar del antiguo régimen. Hasan era uno de los responsables de los crímenes perpetrados en la prisión de Sednaya. Durante el intento de arresto, varios jóvenes armados atacaron a la patrulla.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, describe a Hasan como uno de los criminales que dictaron sentencias de muerte y condenas arbitrarias contra miles de presos. El organismo también ha informado de la muerte de al menos tres milicianos y de heridos en ambos bandos durante el enfrentamiento.
Las nuevas autoridades sirias se establecieron tras la caída de Al Assad debido a una ofensiva de yihadistas y rebeldes liderados por Hayat Tahrir al Sham (HTS). El líder de HTS, Ahmed Husein al Shara, conocido como Abú Mohamed al Golani, es el actual líder de facto del país.
