La temporada 2024 no ha sido fácil para Rebeka Masarova. Su balance de 25 victorias frente a 29 derrotas refleja un año de altibajos y frustraciones. Más que las cifras, lo que resulta inquietante es su caída en el ranking, del puesto 62 al 145. Este descenso abrupto marca un punto de inflexión en su carrera, obligándola a replantearse sus prioridades y estrategias.
Quizá por eso, Masarova ha tomado una decisión que, aunque controvertida, parece coherente con su búsqueda de estabilidad y rendimiento: dejará de representar a España para volver a competir por Suiza, su país natal. La decisión rompe con un capítulo de seis años en los que defendió los colores españoles Ahora, su mirada está puesta en un regreso a los orígenes,.
Campeona junior de Roland Garros en 2016, su talento la colocó rápidamente en el radar del tenis profesional. Pero ya en 2017, cuando tuvo que decidir qué país representar, optó por mantenerse fiel a Suiza. Fue en 2018 cuando aceptó finalmente la propuesta de la Real Federación Española de Tenis. Debutó con España en las Finales de Sevilla en 2021.
El cambio en su nacionalidad deportiva también vino acompañado de polémica en el ámbito de la Copa Federación. Antes de decidirse por España, Masarova había rechazado dos convocatorias del equipo suizo, dejando claro que las diferencias con la federación helvética ya eran notorias. Sin embargo, los años bajo la bandera española no han sido del todo tranquilos. A pesar de haber declarado hace un año que la RFET la trató bien, su exclusión del equipo para la Billie Jean King Cup sugiere tensiones latentes.
El anuncio de su vuelta a Suiza resalta el vínculo e con el lugar donde nació y dio sus primeros pasos en el tenis. Aunque la RFET ya conocía el movimiento que iba a llevar a cabao, el momento elegido para oficializar la decisión coincide con su declive deportivo. Es difícil no interpretar este movimiento como un intento de reinventarse en un entorno más familiar, lejos de las expectativas que acompañaron su paso por el tenis español.
Masarova buscará reencontrarse con su mejor versión en 2025, pero la tarea no será sencilla. El contexto competitivo actual es feroz, y su puesto en el ranking la obliga a comenzar desde torneos menores para recuperar confianza y puntos. Si bien su palmarés como junior –incluyendo aquel histórico título en París– la distingue, el circuito profesional exige consistencia, algo que le ha faltado en los últimos años.