Investigadores del Hospital Metodista de Houston (Estados Unidos) han descubierto que ciertos componentes del llamado colesterol "bueno", las lipoproteínas de alta densidad (HDL), pueden estar asociados a una mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares. El equipo de investigación, en el que ha participado Miguel Caínzos Achirica, del Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona, está utilizando métodos innovadores para investigar el papel de ciertas propiedades de las HDL en la salud del corazón.
"En las revisiones rutinarias, los adultos se someten a análisis de colesterol, que incluye tanto el colesterol 'malo' (LDL) como el 'bueno' (HDL) --recuerda Henry J. Pownall, profesor de bioquímica en medicina en el Instituto de Investigación del Metodista de Houston, y coautor de un estudio publicado en el 'Journal of Lipid Research', revista científica mensual creada en 1959 y editada por la Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular-- pero no todo el colesterol nace igual". "Lo que no se suele reconocer es que cada tipo de colesterol tiene dos formas: el colesterol libre, que es activo y participa en las funciones celulares, y el colesterol esterificado, o unido, que es más estable y está listo para almacenarse en el organismo -explica-.
Demasiado colesterol libre, aunque esté en las HDL, podría contribuir a las enfermedades cardiacas". En estudios preclínicos, el equipo de investigación descubrió que las HDL con un alto contenido de colesterol libre son probablemente disfuncionales. "El hallazgo más sorprendente de nuestro estudio hasta ahora es que existe una estrecha relación entre la cantidad de colesterol libre en las HDL y la cantidad que se acumula en los glóbulos blancos llamados macrófagos, que pueden contribuir a la enfermedad cardiaca", señala Pownall, coautor del estudio junto con Khurram Nasir, cardiólogo y jefe de división de prevención cardiovascular y bienestar en el Metodista de Houston. Aunque anteriormente se pensaba que la transferencia de colesterol libre a las HDL era beneficiosa para la salud cardiaca al eliminar el exceso de colesterol de los tejidos, Pownall afirma que sus datos demuestran que, en el contexto de concentraciones plasmáticas elevadas de HDL, ocurre lo contrario, ya que la transferencia de colesterol libre de las HDL a los glóbulos blancos de la sangre y los tejidos podría, en realidad, aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores afirman que una vez que alcancen su objetivo inmediato de demostrar que el exceso de colesterol libre en las HDL se asocia a un exceso de enfermedades cardiovasculares, tienen previsto desarrollar nuevos diagnósticos y tratamientos para controlar las enfermedades cardiacas, así como utilizar el colesterol libre en las HDL como biomarcador para identificar a los pacientes que requieren terapias reductoras de las HDL. "Prevemos poder alcanzar nuestro primer objetivo en menos de tres años, ya que existen algunos fármacos conocidos que afectan al colesterol libre en modelos preclínicos, por lo que esto podría probarse en humanos si nuestras pruebas justifican el uso de estas terapéuticas conocidas", subraya Pownall. Si tienen éxito, Pownall propone que podrían ser capaces de aplicar lo aprendido a pacientes en un entorno clínico tan pronto como dentro de seis años.