Cada 19 de noviembre se celebra el Día Internacional del Hombre, cuyo principal propósito es destacar los aspectos positivos del papel masculino en la sociedad y abordar cuestiones relacionadas con la salud, el bienestar y los estereotipos. Instituido por primera vez en 1992 por Thomas Oaster, esta fecha comenzó a ganar reconocimiento global en 1999, gracias al impulso de Ingeborg Breines, representante de la UNESCO. Según Breines, dedicar un día a los hombres ayuda a fomentar la comprensión y la tolerancia entre géneros, promoviendo un equilibrio en las celebraciones de cada uno.
La salud masculina es uno de los temas centrales del Día Internacional del Hombre. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han señalado que los hombres enfrentan problemas específicos que afectan a su bienestar. Entre estos, destaca una menor esperanza de vida en comparación con las mujeres (en promedio, cinco años menos) y una mayor incidencia de accidentes laborales y suicidios. Además, los estereotipos sobre la masculinidad contribuyen a que muchos hombres eviten consultas médicas o no revelen información completa sobre sus síntomas, lo que deteriora todavía más su salud.
Uno de los pilares de esta conmemoración es destacar los aportes de los hombres al desarrollo familiar, social y ambiental y mejorar las relaciones de género. Desde 2011, cada año el Día Internacional del Hombre se organiza en torno a un tema específico, como la prevención del suicidio, la seguridad o la infancia.
Movimientos como Movember han ampliado el alcance de esta jornada, enfocándose en la salud masculina y promoviendo la investigación sobre el cáncer de próstata, el cáncer de testículo y la prevención de la depresión en hombres. Cada noviembre, miles de participantes se dejan crecer el bigote como un acto simbólico para visibilizar estas causas y recaudar fondos.
Aunque esta jornada busca crear conciencia sobre estos problemas, también genera críticas. Los principales detractores argumentan que la fecha no tiene la misma relevancia que el Día Internacional de la Mujer, ya que no responde a una historia de desventajas sistemáticas comparables.