¿Por qué es tan importante la geografía en el devenir de la humanidad?
No soy un determinista geográfico, pero hay muchos factores que impulsan los acontecimientos, y la geografía es uno de los más infravalorados. Para mí, es evidente que la geografía es uno de los factores determinantes principales. Puede ser algo tan simple como el Himalaya, que durante miles de años ha mantenido a las poblaciones de India y China separadas, lo que explica por qué hasta hoy no han tenido una guerra terrestre y por qué el comercio entre ambos países no es tan abundante como sería si el terreno fuera plano. Existen miles de ejemplos más pequeños, y cada país tiene los suyos.
Hablemos de Irán. ¿Podemos pensar que es la mayor amenaza del mundo occidental?
Irán debería permitir que la ONU verificara de forma exhaustiva que no está fabricando armas nucleares, limitar su programa de misiles balísticos, dejar de financiar organizaciones terroristas, poner fin a lo que EE.UU. considera un comportamiento desestabilizador en Afganistán, Yemen, Irak, el Líbano y Siria, y dejar de oponerse a una solución negociada para el conflicto árabe-israelí. Pero esto es mucho pedir. Irán está orgulloso de su carácter revolucionario y siempre ha intentado exportar sus principios para liderar movimientos de mentalidad similar. En cambio, si Irán parece desarrollar armas nucleares, los países árabes cerrarán filas contra Teherán y estrecharán su vinculación con EE.UU. Si esto no funciona, buscarán protección bajo el paraguas de un país que en el futuro también podría tener armas nucleares: Arabia Saudí.
¿Cuánto cree que durará la alianza entre EE.UU. y Arabia Saudí?
En términos estratégicos, Arabia Saudí probablemente seguirá junto a los estadounidenses durante muchos años, siempre que EE.UU. así lo desee. Sin la protección de EE.UU., sus fronteras marítimas serían inseguras debido a los estrechos del golfo Pérsico y el mar Rojo, ambos con cuellos de botella. Sin embargo, además de sus relaciones en seguridad con EE.UU., Arabia Saudí también fortalecerá sus vínculos económicos con China. China ha vendido al reino saudí misiles balísticos de alcance intermedio, sus importaciones de petróleo han aumentado rápidamente en los últimos años y Arabia Saudí ha firmado uno de los contratos de redes 5G con Huawei en la región. A diferencia de EE.UU., China no se preocupa por fomentar los derechos humanos en sus relaciones comerciales. Aunque los sauditas intenten mantener buenas relaciones con China, probablemente seguirán alineados con los estadounidenses al menos durante una generación más, aunque esta relación podría debilitarse cuando EE.UU. deje de necesitar su petróleo.
¿Por qué se ha deteriorado tanto la relación Israel-Irán?
Irán Lleva cuarenta años en una campaña no solo contra el Estado de Israel, sino también contra los judíos en general. Los estados autoritarios liderados por China, Rusia y otros países como Irán o Corea del Norte buscan socavar el avance de las democracias industrializadas. La hipocresía y el cinismo son parte inevitable del sistema internacional, dada su complejidad.
¿Es Turquía poderoso?
Mucho más de lo que muchos piensan. Es el miembro de la OTAN que ha comprado misiles S400 a Rusia, uno de los muchos ejemplos en los que resulta problemático para sus aliados. Sin embargo, desde la perspectiva de la geopolítica y el nacionalismo, Erdogan ha devuelto a Turquía al mapa, dándole la fuerza suficiente para tener una política exterior independiente. Turquía ha perdido algunas libertades internas, lo que ha generado desconfianza entre sus aliados occidentales, pero en un mundo multipolar, es posible mantener relaciones en varias direcciones sin necesidad de elegir un bando.
¿Qué están haciendo los chinos en Etiopía?
China anticipó el futuro mucho antes que EE.UU. y Europa, comprendiendo lo que debía hacer para convertirse en la potencia global que es hoy. En África, China se aseguró hace 25 años los recursos de tierras raras necesarios para las tecnologías del siglo XXI, como las baterías, mientras que Occidente apenas despertó a esta realidad hace diez años. Etiopía es un centro de poder en África, y mantener buenas relaciones allí es crucial. Cerca de un 33% de sus importaciones y un 8% de sus exportaciones están vinculadas con China. Los chinos también están financiando grandes proyectos de infraestructura, como la línea de tren electrificada que conecta Yibuti con Adís Abeba, y la presa que generará suficiente electricidad para exportar a Sudán.
¿Cuál es el poder de la geografía de España?
La región entre Marruecos y Gibraltar es un punto de confluencia de personas y tráfico de drogas. Grandes cantidades de ambos cruzan el estrecho, que es la segunda vía marítima más transitada del mundo. Cada año, miles de migrantes intentan cruzar las vallas que separan Marruecos de España, sabiendo que es la frontera de la UE con África. A pesar de la corta distancia, muchas menos personas cruzan por esta ruta en comparación con las que lo hacen desde Libia a Italia. Esto se debe a que Libia es un Estado fallido, mientras que Marruecos tiene una administración funcional que colabora con España. Ambos países son conscientes de la situación en el Sahel y temen que, si la región se desestabiliza, también lo hará Marruecos, lo que afectaría a Ceuta, Melilla y la península. Por eso, España forma a las fuerzas estatales de Malí y otros países.
¿Y Australia, en qué plan encaja?
Es el país afortunado. Australia está entre el Índico y el Pacífico y puede sostenerse por sí misma gracias a sus recursos: cobalto, carbón, diversos materiales de tierras raras, y además su mejor amigo es EE.UU. Está en una posición geopolítica clave y ambos países tienen una comprensión militar mutua. ¿Qué busca China? La influencia es sinónimo de acceso, y China quiere acceso a zonas pesqueras, disponer de puertos para su flota, quizá explotar los fondos marinos y algo que suele pasarse por alto: votos en la ONU y en otros organismos internacionales. Los chinos han convencido a muchos países africanos, uno por uno, para que no reconozcan a Taiwán y ahora están haciendo lo mismo en el Pacífico. En 2019, a pesar de la intensa presión estadounidense y australiana, Kiribati y las Islas Salomón rompieron lazos con Taiwán y establecieron relaciones diplomáticas con Pekín. Australia es uno de los países clave en esa región del mundo.
¿Qué lugar ocupa Reino Unido tras su salida de Europa?
Nuestro desafío es renovar nuestras relaciones con Europa y dejar atrás cualquier resentimiento. He notado esto especialmente en Francia, que parece sentirse ofendida por la salida de Reino Unido de la UE. En Reino Unido no siempre hemos comprendido el aspecto racional de la UE. Los españoles, en cambio, ven en la Unión Europea una forma de superar los problemas del siglo XX. Aunque los británicos sufrimos mucho en la Segunda Guerra Mundial, fue de una manera distinta. Ahora, el reto para nosotros es renovar la amistad con los países europeos sobre una base de igualdad, reactivar el comercio con Europa, lo cual es difícil estando fuera de la UE, y ese es uno de nuestros grandes desafíos. Creo que poco a poco encontraremos el camino de vuelta: habrá de nuevo intercambios de estudiantes y más comercio, pero llevará unos años. También necesitamos encontrar nuevas vías comerciales en el mundo, y en eso tenemos experiencia: contamos con buenos acuerdos comerciales con Australia, Japón y Turquía. Otro reto, que compartimos con otros países europeos, es cómo sostener nuestra democracia liberal en un contexto de creciente populismo nacionalista, vinculado a la inmigración. Es curioso que algunos consideren el Brexit como un acto de nacionalismo extremo, pero si hablamos de nacionalismo de derecha, basta con ver a Francia, Austria u Holanda. Tenemos un pequeño porcentaje de votantes nacionalistas, mientras que en Europa, este sector representa más de un tercio. Avanzamos en esta dirección, pero el desafío es cómo mantener nuestras democracias liberales a la vez que respondemos a las inquietudes de nuestros electores. No es fácil.
¿Debemos dar por hecho que a finales de este siglo estaremos en una era bipolar entre China y EE.UU.?
Es útil hablar sobre la posible nueva Guerra Fría o un mundo bipolar, pero esta vez sería diferente. En la Guerra Fría anterior, Rusia, aparte de sus armas y tractores, no ofrecía mucho más y no estaba prácticamente integrada en el sistema económico mundial. En esta "nueva Guerra Fría" o "Guerra Tibia", China está profundamente integrada en la economía global, lo que reduce el riesgo de ruptura completa. El bipolarismo actual es más complejo y requiere matices. Antes existía un mundo bipolar con un movimiento de no alineación liderado por India, que no tenía tanto poder como ahora. En el siglo XXI, tenemos un mundo liderado por China y EE.UU., pero India sigue sin alinearse y probablemente será la tercera potencia más importante del siglo. A diferencia de la Guerra Fría, si India se ve forzada a tomar un bando, será el estadounidense. Esto se debe a que es una democracia avanzada e industrializada y, en la gran imagen del siglo XXI, se distinguen las democracias de los países autoritarios.