Los fijos discontinuos están en boca de todos. Desde la llegada del Gobierno, la figura de estos trabajadores ha estado en la mirada de todos puesto que el Ejecutivo no cuenta como parados a todas estas personas. Una posición que ha aumentado considerablemente en los últimos años según FEDEA, que asegura que en España hay más de un millón de trabajadores fijos discontinuos.
En este caso, los trabajadores en esta condición son noticia a partir de una modificación en los subsidios. La entrada en vigor de la reforma el pasado 1 de noviembre establece que aquellas personas que rechacen el llamamiento de su empresa "sin causa justificada", tendrán como consecuencia la suspensión automática de la prestación por desempleo.
Se trata de un cambio legal que refuerza el poder de los servicios públicos de empleo para controlar un problema que ha crecido en el último año y que deja a las empresas sin poder hacer nada para remediarlo.
Por ello, el Servicio Público de Empleo Estatal comenzará a aplicar la suspensión de la prestación a aquellas personas que rechacen el llamamiento de la empresa. Es importante destacar que la prestación no desaparece, sino que queda suspendida hasta que el trabajador vuelva a reunir las condiciones para percibirla. Esto quiere decir que no recibirá ninguna cantidad de dinero hasta que no atienda un llamamiento y vuelva a pasar otra vez a la inactividad, o sea despedido en ese u otro empleo.
Esta reforma se produce puesto que la Ley General de Seguridad Social no recogía explícitamente entre los supuestos de suspensión de prestación el rechazo a los llamamientos de una empresa. Esta situación estaba provocando que las empresas se vieran duramente afectadas, así como las arcas públicas, que veían como muchos trabajadores cobraban el paro sin reunir las condiciones exigidas. La reforma incluye un nuevo apartado en el artículo 271, que subsana este error, además de recoger la obligación de todos los parados de hacer la Declaración de la Renta.
El Gobierno ya intentó modificar la primera versión fallida del decreto de reforma de los subsidios aprobados a finales de 2023, pero el Congreso tumbó aquel texto y el proceso de renovarlo, por lo que no ha sido posible su entrada en vigor hasta ahora.
Por ello, muchos trabajadores están empezando a encontrarse en estos momentos notificaciones del SEPE anunciado el fin de la prestación contributiva por desempleo.
El aumento de los fijos discontinuos ha supuesto un notable repunte de los que cobran prestación. En los nueve primeros meses del año se han producido 242.613 altas iniciales de prestación por desempleo y 331.561 reanudaciones del cobro por pase a la inactividad de un trabajador fijo discontinuo.
Son niveles muy superiores a los años anteriores a la pandemia y equivalen al 19,7% del total de altas y 15,7% de las reanudaciones registradas en lo que va de 2024, por lo que los costes para el SEPE son mucho más elevados que entonces. Además, la media de perceptores ha pasado de 58.328 en 2019 a 123.267 en 2024.