El plan del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, de prohibir los pisos turísticos "dispersos" en las comunidades de propietarios en el ámbito AP001, es decir, en el centro histórico de la ciudad, es "injustificado" y "desproporcionado" a ojos de la principal plataforma del sector, Airbnb.
Así lo pone de manifiesto la compañía de origen estadounidense en una carta que ha remitido al alcalde madrileño, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, en la que cuestiona, además, que Martínez-Almeida pueda llevar a cabo el proyecto.
En la misiva, firmada por Sara Rodríguez Marín, Head of Public Policy & Campaign, Spain & Portugal de Airbnb, la plataforma asegura que comparte la intención del Ayuntamiento de combatir los problemas de vivienda o el turismo de masas en determinadas zonas de la ciudad. Sin embargo, añade, "las medidas aún más restrictivas que se proponen no son la solución".
En primer lugar, la plataforma asegura que resulta indispensable "asegurar un marco normativo que sea proporcionado y de efectivo cumplimiento" y que tenga en cuenta "el impacto positivo que tiene en la sociedad y economía local". La plataforma recuerda que en 2021, Oxford Economics reveló que los gastos de los viajeros que reservaron a través de Airbnb generaron directamente más de 12.000 empleos en la ciudad, incluyendo aproximadamente 3.700 empleos en el sector de la restauración y casi 4.400 en negocios locales. Además, añade, el impacto económico bruto del gasto de los visitantes alcanzó casi mil millones de euros (1.100 millones de dólares) en 2019, lo que representa el 16% del gasto turístico total en la capital española.
[[QUOTE:PULL|||Airbnb afirma que el plan no cumple los estándares de proporcionalidad exigidos a nivel europeo]]
Sin embargo, lamenta la compañía, la propuesta actual del Ayuntamiento de Madrid, que, según dice, "está lejos de cumplir con dichos estándares de proporcionalidad que se exigen a nivel europeo", será además "muy difícil de aplicar en la práctica y castiga injustificadamente a una modalidad alojativa que, a día de hoy, contribuye a que Madrid sea un referente turístico a nivel internacional".
Airbnb lamenta que el ayuntamiento madrileño asuma "una relación de causalidad directa entre la presencia de VUTs y los retos en materia de vivienda y otros, cuando los alquileres de corta duración ya han demostrado tener un impacto limitado: sólo el 0.92% del total del parque de viviendas en Madrid está dedicado al alquiler de corta duración, mientras que el 20% son casas vacías, según los últimos datos oficiales del INE", añade.
De hecho, la compañía defiende que en Madrid sólo el 0,3% de VUTs se dedican exclusivamente a esta actividad y ocho de cada diez anfitriones madrileños alquilan sólo un alojamiento a través de la plataforma.
Finalmente, Airbnb concluye que la aplicación de una prohibición rasa en la totalidad de la ciudad, "sin atender a las diferentes necesidades de los barrios que la componen, resulta injustificada y desproporcionada: más de la mitad del porcentaje total de VUTs se distribuye en veinte barrios fuera del distrito Centro en los que las VUTs representan únicamente el 1,2% del total de parque de vivienda".
Frente a los planes de Almeida, Airbnb propone que, en el distrito Centro, donde la densidad de alojamientos de alquiler de corta duración es mayor, se permita únicamente nueva oferta de anfitriones ocasionales, es decir, aquellos que alquilan de manera ocasional su residencia principal o incluso una habitación en su propia casa, mientras están en ella. Esto, asegura, no eliminaría viviendas principales del mercado.
También aboga por favorecer la colaboración efectiva entre Airbnb y el Ayuntamiento de Madrid para garantizar la implementación armonizada de la reciente normativa europea sobre alquileres de corta duración; trabajar con las autoridades turísticas de la ciudad para fomentar la dispersión del turismo, dentro de la propia ciudad y desde la ciudad a las zonas rurales; e instalar dispositivos de ruido obligatorio en las viviendas. En Madrid, según Airbnb, 3.532 VUTs tienen instalado un sensor para monitorizar el ruido y el promedio de alertas de ruido por dispositivo es menos de un 1%, que se resuelven en menos de una hora.