El giro pro-nuclear de la Unión Europea, es un hecho. El nuevo comisario de Energía y Vivienda, el socialdemócrata danés Dan Jorgensen, que recibió el pasado martes el visto bueno de las comisiones del Parlamento Europeo encargadas de evaluar a los candidatos al Ejecutivo comunitario que preside Úrsula von der Leyen ha expresado claramente su respaldo a la energía nuclear como parte de la solución para que la UE rompa por completo con la energía rusa, en particular de las importaciones de gas.
«En mis primeros 100 días, presentaré un plan sobre cómo acelerar el fin de nuestra dependencia del gas ruso antes de 2027», aseguró Jorgensen ante las comisiones de Industria, Investigación y Energía, y Empleo y Asuntos Sociales. «Solíamos obtener el 45% de nuestro gas de Rusia, ahora hemos bajado al 18%, pero el 18% sigue siendo demasiado, necesitamos ser 100% independientes del combustible ruso», explicó.
La UE prohibió las importaciones de petróleo ruso con algunas excepciones en 2022, pero no llegó a imponer restricciones al gas. En junio, los países dieron un primer paso y prohibieron los desembarcos de gas natural licuado (GNL) ruso por los puertos europeos.
Para alcanzar ese objetivo, el político danés, con quien deberá trabajar estrechamente Teresa Ribera en caso de ser elegida como vicepresidenta a cargo de Competencia y Transición Verde, apostó por desplegar más energías renovables, lo que requeriría ampliar las redes, impulsar la digitalización y las nuevas tecnologías de almacenamiento, y agilizar la concesión de permisos.
Pero para contribuir a la descarbonización, Jorgensen también remarcó que la nuclear era esencial. La expansión atómica ha dividido a Europa entre los pro-nucleares, liderados por Francia, y los antinucleares, por Alemania y España. Ahora, cada vez más voces en Alemania y España defienden mantener operativa la nuclear aunque el Gobierno de Pedro Sánchez mantenga el calendario de cierre de los siete reactores operativos entre 2027 y 20235.
De hecho, la propia Ribera ha reconocido, la necesidad de la nuclear en el «mix» europeo.
La explicación la dio el ya comisario de Energía y Vivienda. «Las empresas europeas pagan entre dos y tres veces más por la energía que sus competidores en EE UU y China, y que el 10% de los europeos no son capaces de calentar adecuadamente sus hogares durante el invierno». Por eso, aunque Dinamarca no es un país generalmente pro-nuclear, «no podemos alcanzar nuestros objetivos en Europa sin la energía nuclear».
Sobre si la Comisión pretende apoyar esta tecnología, ya sea para pequeños reactores modulares (SMR) o para los más grandes, Jorgensen dijo que, si bien la UE respetará la combinación energética de cada socio, la nuclear formará parte de los planes de energía limpia de la Comisión aunque avisó de que la excesiva dependencia de Europa de la industria nuclear y de las cadenas de suministro extranjeras relacionadas con los combustibles, también pueden reactivar la dependencia de Rusia.