Todo está preparado en Estados Unidos para el día grande. Este martes 5 de noviembre de 2024, los estadounidenses votarán en las elecciones presidenciales para escoger al próximo líder del país. El ganador asumirá el cargo en enero de 2025, con un mandato de cuatro años que se desarrollará en la Casa Blanca. Kamala Harris y Donald Trump son los protagonistas de las elecciones en Estados Unidos. La contienda presidencial de 2024 en Estados Unidos será un duelo entre Donald Trump, candidato republicano y expresidente, y Kamala Harris, quien representa al Partido Demócrata. Tras la retirada de Joe Biden el pasado 21 de julio, Harris fue respaldada por el actual presidente y obtuvo el apoyo de los delegados necesarios para asegurarse la candidatura demócrata.
La moda empezaba a pronunciarse demostrando su apoyo a una mujer que prometía que en esta campaña mostrarnos sus armas políticas y estilísticas. El traje sastre es uno de los elementos más recurrentes en el vestuario de Kamala Harris. Con cortes impecables y colores que van desde el negro y el azul marino hasta tonos más audaces como el blanco, estos trajes no solo simbolizan poder y profesionalismo, sino también una ruptura con las convenciones tradicionales de género en la política.
Harris suele complementar estos trajes con blusas de seda buscando el equilibrio entre la moda masculina y femenina. Este tipo de trajes, además, tiene una connotación histórica de empoderamiento femenino. Desde que mujeres como Katharine Hepburn y Marlene Dietrich desafiaron las normas de género en el siglo XX, el traje sastre ha simbolizado la lucha por la igualdad. En el caso de Harris, cada traje es una declaración de fuerza y capacidad, mostrando que una mujer puede ser poderosa y femenina al mismo tiempo.
Podemos decir que todo empezó con una polémica al elegir un traje de Dolce & Gabbana, que fue muy criticado, dado que era una de las marcas europeas que solía usar Melania, pero pronto cambio el rumbo. Harris, desde entonces, mantiene un toque de accesibilidad, usa marcas estadounidenses asequibles. Cada prenda y accesorio que elige está cuidadosamente seleccionado para proyectar confianza, profesionalismo y cercanía. En un momento en que se perfila como la posible contendiente demócrata contra Donald Trump, su imagen pública y su estilo personal se han convertido en herramientas poderosas en su arsenal político. Kamala Harris no solo busca alcanzar su mayor logro en la política, sino que también busca inspirar a una nueva generación de mujeres a abrazar su poder y elegancia con sus elecciones de estilo.
Lejos de los tacones, su calzado estrella han sido las clásicas zapatillas Converse con lema de la campaña como las camisetas y las sudaderas de merchandasing que hemos visto lucir a las famosas en campaña para apoyarla.
Aunque a menudo se la ve en colores neutros, no duda en utilizar tonos vibrantes en momentos clave. El azul, por ejemplo, es un color recurrente en su armario, asociado con la calma, la confianza y la estabilidad. En actos públicos importantes, ha optado por el blanco, un color simbólico del movimiento sufragista y la lucha por los derechos de las mujeres. El uso estratégico del color es una herramienta que Harris utiliza para comunicar sus valores y conectar con el público. Cada elección de color está pensada para reforzar su mensaje y resonar con su audiencia, demostrando que la moda puede ser tanto una cuestión de estilo como de comunicación política.