Una imagen no vale más que mil palabras, pero la que ilustra esta entrevista a María Vicente (Hospitalet de Llobregat, 23 años) dice mucho. Detrás de esa sonrisa hay un enorme trabajo después de que la atleta se rompiera el tendón de Aquiles del pie izquierdo hace ahora justo ocho meses, el 1 de marzo, en el Mundial de pista cubierta de Glasgow, en el salto de altura, la segunda prueba del pentatlón. Para dar contexto a la imagen, ahí van las palabras explicando cómo está siendo el proceso de recuperación.
Han pasado ocho meses desde aquel “crack” que dijo en Glasgow que escuchó al romperse el tendón de Aquiles. ¿Cómo se encuentra?
Ahora estoy muy bien, animada y contenta con todo lo que viene, porque ya ha pasado yo creo lo más difícil: aprender a andar otra vez, a correr... Estoy acercándome cada vez un poquito más a lo que era, por decirlo de alguna manera. Es cierto que no tengo mucho recuerdo de aquel día porque al final el cerebro como que las malas cosas te las borra. Lo del sonido sí lo dije y eso no se me va a olvidar. Yo lloraba no tanto de dolor, sino igual de angustia, de que sabía todo lo que se me venía encima, porque en sí dolerme no me dolía: es como si se te sube el gemelo, pero no baja.
Aunque lloró, salió rápido y con entereza a contarlo.
No sé, me nació así. Al final los medios a mí me han tratado superbien y qué menos que contar yo lo que me había pasado. Estaba un poco ida, yo creo. El médico de la Federación me dijo: “María, ¿me das permiso para salir?”. Y le dije que quería hacerlo yo.
Entrena en San Sebastián pero, ¿dónde ha hecho la rehabilitación?
La rehabilitación ha sido en Barcelona. Me operaron allí. Yo me rompí el 1 de marzo, pero operaron el 3 y hasta principios de septiembre he estado ahí haciendo la rehabilitación.
[[QUOTE:PULL|||"La sensación en principio es como un poco de acojone, pero después satisfactoria cuando ves que te vas acercando a tu rendimiento del cien por cien, aunque todavía me falta mucho"]]
¿Cómo es el paso a paso?
Es con un poco de respeto, no miedo, sí respeto porque al final sabes cómo has estado y no quieres cagarla en ningún momento. Siempre he ido con mucho cuidado e intentando pues no hacer ningún pequeño gesto que pudiese suponer una marcha atrás. La sensación en principio es como un poco de acojone, pero después satisfactoria cuando ves que te vas acercando a tu rendimiento del cien por cien, aunque todavía me falta mucho. Es superguay. Al final en el entrenamiento nos está costando un poco porque cada día te despiertas con unas sensaciones y tenemos que cambiar lo que tenías pensado, lo que no... Porque ni yo ni el médico ni nadie podemos decir: “De aquí a tres semanas o tres meses puedes estar haciendo 'x'”. Al final depende de las sensaciones y de cómo asimiles las cargas. Es un poco desesperante porque nunca sabes cuándo va a acabar, pero estoy muy contenta.
¿Cómo es empezar a andar de nuevo?
Ha sido todo un proceso muy progresivo. Al final yo en el fisio sí empecé a hacer esos ejercicios antes, como a andar, con una muleta, con dos, a poner peso, pero luego en tu día a día no lo haces, vuelves a las dos muletas. Es todo muy progresivo, como los pequeños saltos y demás, que los empiezas a hacer en rehabilitación y luego lo he podido extrapolar a lo que es la pista. Las sensaciones son muy buenas, pero hay que ir poco a poco.
¿Cuándo empezó a trotar?
Bueno hice una rectita de 20 metros, ya de vacaciones, no sé si en julio o así. Más de seguido ahora, aunque no hago todavía kilómetros y kilómetros, porque al final es un músculo muy pequeño que se puede saturar muy rápido. El médico me ha dicho que no puedo sentir molestia ni fatiga, que eso tengo que evitarlo, entonces ahora estoy rodando dos o tres vueltas de seguido, que parece una tontería, pero habiendo empezado con 10 metros exponencialmente es muchísimo.
¿Hace ya de todo?
Estamos haciendo pequeñas cosas. El lanzamiento de peso sí lo hacemos normal, porque al final la pierna izquierda casi ni entra y está bien para hacer esas cargas de lo que entra; pero vallas, por ejemplo, hacemos obstaculines que son como conos, por hacerlo todo progresivamente. Estoy empezando a hacer algunas batidas de lo que sería salto de longitud, altura no he hecho nada todavía, jabalina tampoco, velocidad no, aunque voy más rápido que antes y hacemos un día de series cortas que es lo que luego sería velocidad, y otro día de series más largas que ya tirará al entrenamiento de 800. Es un poquito de todo, pero a la vez un poquito de nada.
Ramón Cid, su entrenador, ¿cómo está?
Al principio le vi casi más tocado que yo. Porque yo no te voy a decir que me daba igual ni mucho menos, pero ya viví la otra lesión [en el cuádriceps de la pierna izquierda, en 2022, al final tuvo que operarse] con mucha incertidumbre porque hice la rehabilitación, al final nada, volver atrás, que te operan, que tal... Fue como un vaivén de emociones extraño, no como ahora que era una mierda, por decirlo de alguna manera, pero ya sabía que la solución es operarte, vas a tardar ocho meses, diez, doce, los que sea, pero ya está, hay una solución y por eso estás más tranquila. La otra lesión era vamos a probar así, vamos a probar asá. Creo que lo llevé hacia ese camino, y a Ramón le costó más, se le veía muy como que... Al final él y yo estamos casi 24 horas juntos, entrenamos a la mañana y a la tarde todos los días de la semana casi, entonces yo creo que nos hemos cogido un cariño muy personal y se lo tomó casi como si le hubiese pasado a él. Es más difícil para la persona que lo ve desde fuera, porque tú puedes gestionar tus emociones, pero el de fuera tiene que gestionar las suyas y además preocuparse por las tuyas.
En la operación le ayudó que tiene un músculo extra que no todo el mundo tiene...
Se llama delgado plantar y no lo tiene todo el mundo porque con la evolución y demás no sirve para nada. Hay gente que nace con él y otros que no, entonces como no sirve para nada, no sé si es músculo o tendón exactamente, está insertado en el calcáneo [el hueso del talón] y va hacia arriba; lo que hicieron fue cortarme lo de arriba, porque no tiene ninguna funcionalidad, y usar el que estaba insertado en el calcáneo como para hacer un refuerzo a la hora de coser las dos partes, para que tuviese como doble sujetado abajo. Me rompí el tendón en dos, pero la parte de abajo es mucho más pequeña que la de arriba, entonces me hicieron esa especie de doble sujeción.
¿Tiene cicatriz?
Sí, sí, pero he estado en el CAR haciendo la rehabilitación, igual que Yulimar [Rojas, plusmarquista mundial de triple salto, que ha sufrido la misma lesión], y he podido ver la suya y es mucho más grande, pero la mía un trozo así ya es [y separa el pulgar y el índice unos centímetros].
¿Ha notado el apoyo de la gente? Fue una locura cuando se lesionó.
Lo noté muchísimo. Encima, de pasar de estar 23 horas del día entrenando casi a no hacer nada, al final tenía mucho tiempo libre, y qué haces, pues te metes en redes, porque al final estaba sola en casa porque mi madre y mi hermana tenían que trabajar; te ponías a ver redes, y veía en mis mensajes mucha gente dándome ánimo, gente a la que le había pasado, “yo no soy tan fuerte como tú y he vuelto”... Me ayudó mucho, sobre todo en el primer momento, porque como que se me cayó todo y ver que además de a mi gente tengo todos esos ánimos fuera, fue un input más.
Menudo canal de cocina se ha montado en TikTok...
Tenía tanto tiempo libre, que me creé la red de TikTok, que la consumía mucho como espectadora, pero no me atrevía a dar el paso. No sé muy bien qué subir, pero como la comida es algo que me gusta...
¿Se tuvo que cuidar en ese sentido, al no poder entrenar al principio por la lesión?
Cuando estaba bien empecé con la nutricionista para hacer un plan serio, este año iba muy bien, estaba superfina. Cuando me lesioné me mandaron un plan y estuve empezando, pero llegó un momento en el que no podía más: no estoy entrenando, no hago nada, y encima no como; los batidos, las pastillas no sé qué... Hasta aquí, dije. Obviamente no he comido todo lo que me daba la gana porque esos hábitos en el día a día se te acaban quedando, pero si un día me apetecía algo no me privaba. Empecé a ful, pero después no podía estar comiendo brócoli todo el día.
¿Vio los Juegos?
Vi a mis amigos. Vi a Asier [Martínez], a mis amigos del CAR de escalada, Alberto Ginés; los de taekwondo, Quique [Llopis]... A la gente que más me interesaba su resultado.