Para los antiguos griegos, el universo es anterior al nacimiento de los dioses. Fueron las divinidades primigenias las que crearon un mundo que más tarde vería llenarse de leyendas y de los seres que lo habitan hoy. Los autores clásicos, como Hesíodo o Platón, nos hablan de una Edad de Oro en la que la armonía reinaba y en la que la naturaleza producía de forma autónoma todo lo necesario para la subsistencia. Sin excesos.
Esto es lo que nos cuenta la exposición que acaba de inaugurar el Museo Arqueológico Nacional, 'Entre Caos y Cosmos. Naturaleza en la Antigua Grecia', y que ocupará la sala de exposiciones temporales de manera gratuita hasta el 30 de marzo.
La muestra da inicio abordando la idea del Caos para pasar al origen del Cosmos y de la propia Tierra; un momento en el que la naturaleza es imprevisible y salvaje, por lo que debe ser dominada por unos héroes que aquí se recogen a través de imágenes en las que se enfrentan a las fieras y donde conquistan los confines del mundo conocido.
"La exposición propone un viaje al pasado para conocer el estrecho y respetuoso vínculo que la cultura griega mantuvo con la naturaleza", explica la directora del MAN, Isabel Izquierdo, para la que "todo lo inventaron los griegos: la ecología, el temor por los desastres naturales, las migraciones y hasta los autómatas con los que buscaban dominar las fuerzas de la naturaleza”.
La naturaleza, piedra angular de la cultura griega antigua, es la protagonista de esta exposición en la que, a través de la cultura material, las imágenes y, con el apoyo de los textos clásicos, el centro desvela el diálogo que establecieron los antiguos griegos con la naturaleza como lugar simbólico al mismo tiempo que se pregunta "sobre nuestra relación con ese espacio del que somos herederos", asume.
El recorrido muestra así un centenar de obras entre cerámicas, terracotas, vaciados de esculturas y monedas. Todo ello servirá para adentrarse en ese imaginario mítico que los antiguos griegos construyeron en torno a la naturaleza y que sirve como metáfora a la vida humana a día de hoy.
Mediante de doce ámbitos, 'Entre Caos y Cosmos' también hace hincapié en la acción de los seres humanos y su conquista de la naturaleza a través de la domesticación de animales y plantas: los primeros están presentes en la vida cotidiana mediante la alimentación o los rituales sociales y religiosos; y por su parte, las plantas sirven de ofrendas en los santuarios y se destinan a todo tipo de usos. Algunas como el silfio aparecen representadas en las monedas de Cirene (en la actual Libia) "cuya sobreexplotación, por sus propiedades medicinales, condujo a su extinción en la Antigüedad". La domesticación de la Tierra aporta el sustento necesario a hombres y mujeres en el contexto de una economía de base agrícola. La conocida como tríada mediterránea y otros frutos, son regalos otorgados por los dioses. También el mar Mediterráneo será también fuente de alimento y, además, de intercambios comerciales y culturales.
El dios Eros toma protagonismo por su gran capacidad de generación de la naturaleza. Los jardines serán su capricho, además de un disfrute para los sentidos, principalmente, de los ricos, que eran los poseedores de los mismos.
Los "seres híbridos" encuentran igualmente su sitio en el MAN. La existencia de una naturaleza alterada desdibuja los límites entre el orden mineral, vegetal y animal para yuxtaponer la naturaleza humana y la animal: sirenas y centauros, dotados de múltiples significados, actuaban como mensajeros de los dioses. Y de ahí se puede dar un salto hasta la inteligencia artificial, tan en boga en estos tiempos. Los autómatas y la creación de vida artificial fascinaron a los antiguos griegos.
No hay nada más natural que la muerte, por lo que el Más Allá, en consonancia con el imaginario griego, cobra importancia en las salas del MAN. "Tras la muerte, el alma inicia un camino hacia el Hades donde animales como los delfines ayudan a los difuntos a transitar por este espacio inhóspito", indica un museo que no pierde la ocasión para darle su espacio a pócimas y brebajes. Es este un ámbito dominado por las mujeres, conocedoras de las hierbas, raíces y ungüentos que utilizaban en el cuidado cotidiano de la familia. Fueron estas artes las que dieron fama a Circe o Medea, capaces de elevar la técnica a la categoría mágica.
'Entre Caos y Cosmos. Naturaleza en la Antigua Grecia', presenta el Arqueológico, "supone para el público una gran oportunidad de ver piezas que habitualmente no se exhiben en la exposición permanente y que salen ahora de las áreas de reserva para generar nuevos diálogos". Ejemplo de ellos es la fíale de estilo de Gnathia (310-301 a.C.), donde se representa una escena de cacería: "Este tipo de recipientes cumplían una función ritual, como vaso de libaciones y como contenedor de bebida ceremonial".
Además, la muestra se enriquece con importantes préstamos nacionales e internacionales, como el kyathos del Museé du Louvre, donde se muestra un pastor con rebaño.