La pobreza extrema ha disminuido en el conjunto de España más de tres puntos en seis años, al situarse en 2021 en el 8,8% el número de personas que vive con unos ingresos inferiores al 40% de la renta media nacional, frente al 12,1% de 2015. Así lo recoge el informe «Distribución geográfica de la renta de los hogares en España: prosperidad, desigualdad y pobreza», elaborado por la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), y presentado ayer en Valencia.
El estudio analiza las oportunidades de renta o la prosperidad relativa, «un indicador que mide la probabilidad que tienen los residentes de un territorio de obtener mejores niveles de renta que los individuos de otros territorios», y que permite distinguir a los individuos por sus niveles de ingresos y características personales.
El trabajo, elaborado por la investigadora Carmen Herrero y el economista Carlos Albert, ambos del IVIE, muestra que el porcentaje de personas en pobreza relativa ha disminuido casi tres puntos porcentuales de media en España desde 2015, hasta situarse en un 19,6 % en 2021, mientras que la pobreza extrema lo ha hecho más de tres puntos. Sin embargo, al diferenciar por tramos de edad, el grupo de los niños y jóvenes hasta 18 años sigue siendo el más perjudicado con un 27,1 % en situación de pobreza relativa, aunque se ha reducido en 4,5 puntos respecto al dato de 2015 (31,6 %).
En el caso de las mujeres, el porcentaje se sitúa en el 20,4 %, frente al 18,8 % de los hombres, una diferencia mayor que en 2015, cuando la brecha con los hombres era solo de 0,3 puntos porcentuales.
Las comunidades con mejor prosperidad relativa, es decir, oportunidades para que sus ciudadanos mejoren su renta, son País Vasco, Madrid, Navarra y Cataluña, mientras que Extremadura, Andalucía, Murcia, Canarias y Castilla-La Mancha son las que proporcionan menos oportunidades a sus habitantes.
La mayor diferencia se observa entre el País Vasco y Extremadura, las dos comunidades situadas en los extremos, que con 50 puntos de distancia muestra que los vascos tienen el doble de oportunidades de mejorar su renta que los extremeños.
El estudio revela que las estructuras educativas e investigadoras, como universidades o parques científicos, ejercen como motores de bienestar en los municipios en los que se implantan. Por contra, las regiones, provincias y municipios que tienen «una excesiva dependencia del turismo presentan niveles bajos de bienestar».
El informe refleja que los menores de edad tienen peores oportunidades de renta en relación con las personas en edad laboral (18 a 65 años), pero, sobre todo, respecto a los mayores de 65 años que son, en todas las regiones excepto el País Vasco, los que muestran mayor prosperidad relativa porque «las pensiones son muy generosas».