Catherine Griset, actual eurodiputada de la formación ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y asistente en el Parlamento Europeo (PE) de Marine Le Pen entre 2010 y 2016, dijo este martes ante la Justicia que desconocía que tenía que residir en Bruselas durante ese periodo, como constaba en su contrato.
"No entendí que tenía que vivir en Bruselas durante ese periodo", declaró Griset, interrogada por los jueces por complicidad en un caso que implica a 27 personas del partido ultra francés, entre ellas Le Pen, acusadas de haber utilizado de forma indebida los asistentes parlamentarios que tenían como eurodiputados, pagados por el PE.
En la octava vista del juicio que podría desembocar en una inhabilitación política de Marine Le Pen -quien aspira a presentarse a las presidenciales francesas de 2027-, Griset, acompañada en todo momento por su abogado, tuvo dificultades para aclarar las dudas que los tres jueces y la acusación civil levantaron.
A pocos metros de la propia Le Pen, que mostró algunas señales de inquietud -levantándose en varias ocasiones para hablar con su abogado-, la excolaboradora de la líder derechista intentó defender que ella, efectivamente, no trabajaba para el partido (entonces llamado Frente Nacional) mientras era remunerada por el PE.
"Nunca he trabajado para el partido, he trabajado para Marine Le Pen como personalidad (...) Yo era la puerta de entrada a Marine Le Pen, la gente se dirigía a mí en vez de a ella", declaró Griset, visiblemente incómoda.
Acusada por complicidad, detalló las funciones que tenía como asistente (gestión de email, de agenda, de desplazamientos, etc.), en línea con lo que este lunes había explicado ante los jueces la propia Le Pen.
La presidenta del tribunal, Bénédicte de Perthuis, volvió a cuestionar a Griset sobre si "también había trabajado para Marine Le Pen como presidenta del partido", entonces Frente Nacional (FN), a lo que la acusada respondió afirmativamente.
El organigrama del FN levantó serias dudas a los miembros del tribunal, pues en él figuraba también Griset, en un primer momento como asistente de Marine Le Pen (desde 2008 al 2015) y, a partir de ese año, como jefa de gabinete.
Ambas funciones partidarias coincidían con el periodo en el que estuvo contratada como europarlamentaria con la obligación de residir en Bruselas. Precisamente, su estancia en la capital de la UE ocupó parte del interrogatorio.
Según la investigación interna del PE, entre octubre de 2014 y agosto de 2015, Griset, antigua cuñada de Le Pen, habría pasado apenas 740 minutos en el PE, equivalente a 12 horas de trabajo.
La acusada, hoy de 52 años, admitió que, durante su trabajo para la UE, vivió en dos localidades a las afueras de París (Plaisir y, después, Garches), donde su hija estaba escolarizada.
"Mi residencia fiscal estaba en Bélgica, pero yo estaba allí todo el rato (...) Quizá dos veces (por semana)", se limitó a comentar, momento en el que la magistrada De Perthius le recordó que en la instrucción había asegurado vivir en la capital belga.
La actual europarlamentaria ganó, mensualmente, 2.654 euros entre 2010 y 2014 y 3.206 euros entre 2014 y 2016.
Griset contó, además, las dificultades personales que atravesó durante parte de ese periodo, en el que se encontró con una bebé sola, y cómo Marine Le Pen la ayudó en ese momento, acogiéndola algunos días en su casa.
En la vista del lunes, la dirigente ultra (que fue candidata a las presidenciales en 2012, 2017 y 2022) admitió haber "dejado pasar" el cambio contractual de Griset cuando esta le anunció en 2015 que quería dejar trabajar para esa institución físicamente.