A Manuela Vos (Leeuwarden, Países Bajos, 1968) le cambió la vida un accidente en Picos de Europa en 2021. Se quedó tetrapléjica. En esta entrevista narra su lucha y cómo, sólo tres años después, el pasado 24 de septiembre, se convirtió en campeona del mundo de paraciclismo (en handbike, bicicleta de mano), en Zúrich. Es la primera española que lo logra. La historia la cuenta, además, en una obra de teatro “Manuela, el vuelo infinito”, que se estrena en Madrid (17, 18, 19, 24, 25 y 26 de octubre en la Sala Cuarta Pared) y que también pasará, de momento, por Valladolid, Torrelavega, Zaragoza y Toledo.
5 de julio de 2021...
Me fui a escalar, era mi primer día de vacaciones, una semana a Picos de Europa y luego dos a Pirineos, y el primer día en la escalada me caí, pero yo no me acuerdo de nada. Ni del día ni de la escalada, ni del accidente ni de después, hasta que... Bueno, tengo un recuerdo... El recuerdo más antiguo es que no podía respirar. Cogí una neumonía en la UCI antes de la operación, y me acuerdo decir: “Es que no puedo, no puedo, quítame el enchufe”. Es que no podía más. Sabía, fíjate, que había ya eutanasia, que la habían aprobado como tres meses antes, y visto después me chocó un poco: me acordaba de la eutanasia y dije: “Yo quiero la eutanasia”, pero no pensé en mis hijos ni en mi familia ni en nada, sólo decía: “Por favor, quítame el enchufe, es que no puedo más”.
Estuvo dos meses en la UCI...
Sí, un mes en Santander y otro en Toledo.
¿Cuándo es consciente de lo que había pasado, de que tenía la médula dañada?
Por lo visto, me lo dijeron varias veces en la UCI, pero no lo recuerdo, es que no me acuerdo de casi nada, estás muy sedada. Lo que sí me acuerdo es que tuve una conversación con un amigo, ya en Toledo, y le pregunté si iba a volver a andar, y me dijo: “No lo sé”. A esas alturas pensaba en no volver a andar, yo no tenía ni idea de la magnitud de la lesión. De eso no me di cuenta hasta que estaba en planta. En el momento que te llevan a planta, ya te quitan un montón de sedantes y ahí sí me acuerdo de todo. Mi compañera de habitación era tetrapléjica y yo, aunque ahora mueva los brazos, al principio no los movía, o apenas, entonces la escuché hablando con su pareja, que estaba ahí, y la montó en la silla, y se fue delante de mí con la bola esta para mover la silla, y me eché a llorar, me inflé a llorar, porque dije: “No quiero vivir así”. Y luego te das cuenta de que mueves los brazos un poco y casi tenía prisa para empezar a trabajar.
[[QUOTE:PULL|||"Todos los días haces algo que no pensabas que era posible"]]
Y lo hizo...
Tenía terapia ocupacional, que te ayudan a usar cosas que tú no sabes que existen, porque decía: mis manos no las puedo mover, ni un dedo, pero sí puedo coger cosas [pide algo que pese poco, una cartera, y la levanta de la mesa], pero no porque yo tenga una pinza, que no muevo los dedos, pero haciendo esto, muñeca arriba... Aunque si pesa mucho no lo puedo coger. Son herramientas que aprendes para hacer tu vida mejor, y eso no termina nunca, todos los días haces algo que no pensabas que era posible. En teoría, no hay límites, es ir aprendiendo a hacer lo máximo posible.
¿Pensó rápido en adaptarse a la nueva situación o se necesita un tiempo?
Es que es una situación difícil... La gente habla de aceptación, pero no... En mi caso, he empezado desde el principio, porque pensaba: “Si no empiezo a moverme me quedo en una situación con la que no quiero vivir”. Entonces tenía que hacer cosas y no paré. Si te enseñaban a usar la pinza esta, yo tiraba a la mesa caramelos que me habían regalado, para practicar lo máximo posible. O comer, la primera vez que comí podía llevar dos cucharadas a la boca y el brazo no daba más, pero todos los días poco a poco... Cuando tienes esto dominado, pensaba: si voy a mi casa y quiero salir, ¿cómo me pongo le abrigo? Hay cosas que no voy a poder conseguir nunca, pero otras sí lo voy a seguir intentando y a lo mejor te cuesta medio año.
¿Antes era consciente de los obstáculos que tienen personas que van en silla de ruedas?
No pensaba en eso. Espero que esta obra de teatro ayude a la gente a ser consciente de las barreras que nos encontramos todos los días. Y no sólo eso, cualquier persona que es diferente, porque yo soy diferente porque soy tetrapléjica, pero esta persona que es demasiado gorda, o que le falte una pierna... Que nos miren normal, y sobre todo, que nos traten normal. Porque me falte el 80 por ciento de mi cuerpo, que no lo puedo mover, no quiere decir que mi cabeza no funcione. Y la gente que tiene discapacidad mental también quiere que se la trate normal, no como niños. Este es el mensaje que queremos dejar, que somos capaces de todo, aunque nuestros cuerpos no funcionen. Pero es verdad que yo antes... Es un poco como las embarazadas, cuando te quedas embarazada, que yo tengo tres hijos, de repente ves un montón de embarazadas; pues con la silla es igual, desde que la tengo digo: “Pues hay bastantes sillas por ahí”.
¿Por qué apostó por el ciclismo después del accidente?
Era buscar lo que podía hacer con el poquito músculo que me quedaba. Eso fue en Toledo, que te ofrecen todo tipo de actividades. Pregunté, y había tenis de mesa, y dije, “bah, no sé, nunca ha sido mi deporte, pero algo es algo”; y ciclismo, pero el médico y el fisio me dijeron que no, porque tenía los hombros muy mal, estaban completamente atrofiados por no moverlos. Es que al principio no podía mover ni el brazo hasta ahí [y lo levanta], me dolía mucho. Entonces me dijeron que primero tenía que mejorar mis hombros y después a lo mejor. Me fui al gimnasio y comenté al entrenador que me habían dicho que podía hacer tenis de mesa, pero que lo que me interesaba eran las bicis. Me puse en una bici y me dije: “Esto es lo que quiero hacer”, pero él me decía que necesitaba el visto bueno del médico. Entonces al día siguiente tenía ya preparado el discurso para el médico y en dos segundos me contestó: “Vale”; porque yo creo que me vio tan emocionada... Y yo seguía, que no sé qué, no sé cuánto, y él: “Que ya te he dicho que sí”. Empecé sin apenas músculo, al principio era empujar, girar era casi imposible, imagínate, tienes la bici delante y tienes que girar todo esto con poco músculo, yo por ejemplo no tengo tríceps, no puedo empujar, entonces tengo que tirar fuerte, para que esto vaya suave, tirar fuerte para que esto vaya suave [hace el movimiento]. Fue a principios de 2023, que me llamaron del Comité Paralímpico por si quería cambiar de nacionalidad para competir para España. Dije que sí, el proceso es largo, y en agosto conseguí la nacionalidad. En julio empecé a entrenar de verdad con un entrenador y en diciembre me invitaron a una jornada de talento paralímpico, te hacen test de rendimiento, psicológico, y allí me dijo el seleccionador que me querían invitar a ir con la selección a una Copa del Mundo.
Con menos de un año de entrenamiento en serio, ha ganado el Mundial.
Cuando fui en mayo a la Copa del Mundo no tenía ni idea, no sabía, estaba entrenando lo máximo posible, gracias a mi gente. No llevaba ni un año, pero gané oro y allí empezó todo. Me llevaron a Italia, y gané plata, y entonces fuimos al Campeonato del Mundo y no me atrevía ni a soñar con lo que después conseguí.
Y a los Juegos de París no llegó por poco, ¿se plantea los de Los Ángeles?
El seleccionador se ha sentado conmigo y me ha dicho que empieza el ciclo nuevo de cuatro años. Los dos años y medio anteriores son los que contabilizan para clasificarte, allí tienes que estar a tope, así que tienes un año y medio para prepararte, tener experiencia, hacerte más fuerte... Porque en realidad llevo tan poco tiempo, que quiero pensar que tengo mucho margen de mejora.
Es, además, la única mujer en la selección. Es otra “batalla” suya.
Cuando gané el Mundial lo primero que pensé es que es para mi gente, porque hay mucha gente detrás de esta medalla, yo he puesto mis músculos, lo poco que me queda, y mis ganas, pero la hemos ganado entre todos, yo no puedo entrenar sola, porque necesito dos personas para ponerme en la bici y sacarme, o ponerme los guantes, yo no puedo agarrar el manillar y lo que tengo en los guantes se ancla al manillar... Entonces, hay mucha gente detrás, pero luego espero que sirva para algo, para que se aficionen más mujeres al ciclismo paralímpico. Hay muy poca gente en mi categoría [en el Mundial, su única rival era la italiana Luisa Pasini], sé que mi caso es complicado, por moverte con tan poco músculo y la gente que necesitas para ayudarte, pero es más fácil que mujeres parapléjicas se puedan dedicar al ciclismo, porque hay bicis, pueden subir solas a ella... Estaría bien si mi victorias sirve para animarlas.
[[QUOTE:PULL|||"A lo mejor un teatro puede ser accesible para el espectador, pero no para un actor o una actriz en silla de ruedas; eso es fuerte"]]
¿Quién tuvo la idea de la obra de teatro?
A Emilio [del Valle, de [in]constantes teatro, que coproduce la obra junto con Escena Miriñaque y Tranvía Teatro] el director, lo conozco desde hace unos diez años, pero porque es muy amigo de una amiga mía, Montse, que es la directora musical. Entonces un día estábamos cenando, en primavera del año pasado, con otros amigos, y le dije: “¿Quieres una tetrapléjica en una de tus obras?”. Eso fue antes de empezar con el ciclismo profesional, pensé que una actividad así estaría guay, pero lo dije medio en broma. Me respondió: “A lo mejor”. Y ahí se quedó. Y luego, después de verano Montse me dijo: “Emilio está entusiasmado con hacer una obra contigo”, pero yo en ningún momento pensé que iba a hacer una obra... Digo sobre mí, aunque no es sólo sobre mí, queremos contar realmente con esta historia los problemas que yo y mucha gente en la misma situación nos encontramos.
Dificultades hasta para ser actores.
A lo mejor un teatro puede ser accesible para el espectador, pero no para un actor o una actriz en silla de ruedas, y eso es curioso; bueno, es fuerte, piensas: “¿Por qué estando en silla de ruedas no podemos ser actor o actriz?” Es verdad que en las escuelas de teatro no habrá, supongo, porque después van a tener un montón de problemas, decir: no puedo hacer esta producción en tal teatro, hay que mirar dónde podemos entrar. Lo que he escuchado es que a lo mejor en algún teatro me tienen que subir a mano; a mí de aquí para abajo no me funciona nada, me cogen por debajo de los brazos y de las rodillas, y si lo tenemos que hacer delante del público, pues a lo mejor lo hacemos. Muy bien, muy accesible, pero ¿qué pasa con el actor en silla de ruedas?
¿Participó en el guion?
Empezamos con charlas cada dos semanas, unas horas, así ocho meses, y a raíz de eso Emilio ha escrito el guion. Se basa en eso, pero hay cosas que no, que son inventadas
¿Cómo se ha visto como actriz?
Es diferente, aunque son sus palabras, a veces le digo, qué bien lo has explicado, y él: “Pero sí son tus palabras”. Al fin y al cabo es mi vida, y eso lo hace más fácil. Más que actuar es contar.
La música será en directo... También está usted liga a la música.
Soy músico, flautista travesera profesional. Fue gran parte de mi vida.