Rodeada de paisajes y hermosos fiordos que parecen sacados de un cuento, Tromsø merece un lugar destacado en la agenda de cualquier viajero amante de la aventura, y es que la bautizada como la «ciudad de las auroras boreales» es el destino perfecto para escapar de la rutina y sumergirse en la magia que ofrecen los destinos tan remotos y extremos. Como dato, esta ciudad noruega se encuentra por encima del círculo polar ártico y ha sido punto de salida de históricas expediciones al Polo Norte.
Lo cierto es que a medida que el otoño avanza y el invierno cubre el paisaje con su manto de nieve, Tromsø se convierte en un lugar ideal para quienes buscan experiencias auténticas en el Ártico. Curiosamente, el invierno no es tan frío como se podría pensar. A pesar de estar situada a unos 350 kilómetros al norte del círculo polar ártico, las temperaturas invernales en Tromsø son suaves, marcando de media entre -4 C y 2 C gracias a la corriente del Golfo, por lo que no hay excusa para temer al frío ártico. Aquí, ¡hasta el invierno es amable con los viajeros!
Por otro lado, Tromsø se transforma en un auténtico destino navideño en diciembre, donde la magia de la temporada se combina con las bellas auroras boreales, que pueden verse desde septiembre hasta marzo. Uno de los mejores lugares para admirarlas es el monte Storsteinen, al que se puede acceder fácilmente en teleférico. Desde allí, el cielo despejado y la vista panorámica de Tromsø brindan un espectáculo inolvidable bajo las luces danzantes del Ártico, creando una atmósfera perfecta para celebrar la Navidad en un entorno único.
Además de la magia de su ubicación, de las auroras boreales y los fiordos, Tromsø ofrece una riqueza cultural y arquitectónica auténtica y genuina que complementa su encanto invernal. Es famosa su Catedral del Ártico, icono arquitectónico de la urbe por su rompedor diseño modernista que a menudo es comparado con un iceberg.
Igual de imprescindible resulta visitar y pasear por su puerto, con bellas vistas de la mencionada catedral, del puente y las montañas de alrededor. Entre las visitas esenciales, tampoco puede faltar el Museo Polar, dedicado a las expediciones del Ártico, así como Polaria, el acuario más septentrional del mundo.
Otros lugares de interés en Tromsø incluyen su biblioteca, que más allá de ser un centro de conocimiento, es un refugio para los locales que buscan escapar del frío. Este bonito edificio, cuyo exterior bien podría considerarse una obra de arte contemporánea, es también un símbolo de la vida cultural del lugar. Otro de los atractivos menos conocidos de Tromsø es el Jardín Botánico Ártico-Alpino, aunque para visitar este interesante espacio tendrá que esperar al año que viene, ya que está abierto desde finales de mayo hasta principios de octubre debido a las condiciones climáticas. Sin embargo, el invierno ofrece experiencias únicas para compensarlo, como la posibilidad de disfrutar de un inolvidable paseo en trineo tirado por perros o renos.
Para quienes visitan Tromsø durante los meses de otoño e invierno, una de las mejores maneras de explorar el mítico Ártico es recurrir a una excursión en barco por los fiordos y una visita a la isla de Kvaløya, a la cual se puede llegar desde Tromsø en coche a través del puente Sandnessund. Este trayecto no solo permite acceder fácilmente a la isla, sino que también ofrece la oportunidad de disfrutar del paisaje cambiante, donde los picos nevados, los pequeños pueblos pesqueros y las costas del norte de Noruega van revelándose a lo largo del camino.
Situada a lo largo del fiordo Lyngenfjord y conocida como la «isla de las ballenas», Kvaløya es un precioso escenario y resulta ideal para quien buscan tranquilidad en medio de montañas majestuosas, donde es común ver renos caminando por la nieve, y unas impresionantes vistas al mar. En esta temporada, los fiordos cobran vida con la llegada de las ballenas orcas y jorobadas que migran hacia estas aguas para alimentarse, ofreciendo a los viajeros la oportunidad de avistar a estos majestuosos animales en su hábitat natural. Deslizarse en silencio entre los fiordos cubiertos de nieve mientras se observan a las ballenas surcando las aguas es una experiencia que conecta a los visitantes con la magia del Ártico.
El mencionado Lyngenfjord está también rodeado por los impresionantes Alpes de Lyngen, donde se crea un bello contraste entre el azul profundo del agua y las montañas blancas cubiertas por la nieve. Además del avistamiento de ballenas, en este entorno se pueden realizar actividades como el esquí de travesía o simplemente disfrutar de la serenidad del entorno. Aquí, escapar de las multitudes y disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor se convierte en un auténtico deleite para los sentidos.
Para complementar esta experiencia, muchos tours también incluyen la posibilidad de ver las auroras boreales desde los fiordos. Al caer la noche, el cielo ártico se ilumina y crea un espectáculo visual inolvidable mientras el barco navega por sus tranquilas aguas. Esta combinación de paisajes únicos, fauna salvaje y la posibilidad de admirar las auroras hacen de una excursión a los fiordos desde Tromsø una aventura que no puede faltar en un viaje al Ártico, especialmente durante los meses más fríos del año.
No hay duda de que Tromsø es un destino diferente que desafía la rutina y el estrés de la vida cotidiana. Este rincón del mundo ofrece una conexión con la naturaleza en su estado más puro, ya sea a través de la contemplación de las auroras boreales, la exploración de la ciudad universitaria más septentrional o la exploración de algunos de los paisajes más espectaculares y majestuosos del globo.