El precio del alquiler continúa sin frenos y este se va alejando cada vez más de las expectativas de los inquilinos. Tanto es así, que las personas que buscaron arrendar una vivienda durante el segundo trimestre del año descubrieron que los precios eran un 19,8% más caros de lo que habían previsto, brecha que se ha incrementado ligeramente respecto al trimestre anterior (18,7%) aunque está por debajo de la del mismo periodo de 2023 (24,4%). Así lo revelan los datos del "Barómetro de la brecha del alquiler" de la plataforma de alquiler HousingAnywhere.
"Tras años de subidas consecutivas del precio del alquiler en toda Europa, los inquilinos no tienen más remedio que ajustar sus expectativas. En el segundo trimestre del año, el precio del alquiler de los apartamentos subió un 4,2% en comparación con el año anterior, lo que llevó a los inquilinos a aumentar sus previsiones de gasto en vivienda en un 7,3%, probablemente a costa de reducir otras áreas de inversión", afirma el director general de HousingAnywhere, Djordy Seelman.
El precio del alquiler de un apartamento amueblado en Madrid se situó en los 1.500 euros entre los meses de abril y junio, mientras que los inquilinos esperaban encontrar pisos por 1.300 euros. De esta forma, en la capital existe una brecha de 200 euros entre las expectativas y la realidad, ya que los arrendatarios encontraron apartamentos por un precio un 15,4% mayor de lo que esperaban.
Madrid registró una subida anual del precio del alquiler del 20% en el segundo trimestre, lo que a su vez ha incrementado la brecha en la capital española respecto al mismo periodo del año pasado que se situaba en 40 euros. Sin embargo, esta diferencia entre las expectativas y la realidad es menor que entre enero y marzo cuando alcanzó los 224 euros.
Asimismo, la brecha también aumentó en comparación con el segundo trimestre de 2023 en Valencia, ya que ha pasado de 396 euros hasta 465. El precio de los apartamentos entre los meses de abril y junio alcanzó los 1.485 euros, por lo que era un 45,6% más alto de lo esperado por los inquilinos. "Mientras el precio del alquiler subió en Valencia un 6,5%, la intención de gasto de los usuarios tan solo un 2,1%", explica la plataforma del alquiler.
En cambio, Barcelona es la única de las tres ciudades españolas analizadas en las que la brecha se ha reducido de un año para otro: pasando de 131 a 100 euros. La Ciudad Condal registró una subida del precio del alquiler del 4,5%, hasta alcanzar los 1.600 euros de media en el segundo trimestre del año; mientras que las expectativas de los inquilinos aumentaron de forma acorde. Por tanto, el precio del alquiler tan solo se situó un 6,7% por encima de lo que esperaban los inquilinos.
Roma, Ámsterdam y Stuttgart son las ciudades europeas donde la diferencia entre las expectativas de los inquilinos y los precios reales es mayor. En la capital italiana, la brecha alcanzó los 600 euros, ya que el alquiler mensual promedio de un apartamento es de 2.100 euros, pero los usuarios esperaban encontrar alojamiento por unos 1.500 euros. Ámsterdam y Stuttgart la siguieron de cerca, con diferencias de 588 euros y 550 euros, respectivamente.
Aunque ninguna ciudad registró precios de alquiler por debajo de las expectativas, Florencia destaca con una coincidencia exacta entre las expectativas de los usuarios y los precios reales, con 1.800 euros. Atenas y Viena también mostraron diferencias mínimas, con solo 50 y 86 euros, respectivamente.
