El novillero jerezano Miguel Andrades, que cortó una generosa oreja del quinto, logró con su eléctrico concepto del toreo remover el plano ambiente que se vivió durante el festejo de hoy en Zaragoza, primera de las dos novilladas de la feria del Pilar.
A la escasa emoción que se vivió en el ruedo contribuyó básicamente el descastado comportamiento y la falta de entrega de los novillos "santacolomeños" del hierro de La Machamona, que sustituyeron a los anunciados de Raso de Portillo y que fueron rechazados por los veterinarios.
Valentín Hoyos pasó sin brillo ante el lote que más acusó ese defecto, un primero con cuajo y sin celo alguno y un cuarto que saltó al callejón y que se salía desentendido de las suertes, sin que el salmantino lograra sacar nada en claro de tan deslucidas condiciones en un dilatado empeño.
Con más soltura y firmeza se manejó el mexicano Bruno Aloi, que poco a poco fue buscando las vueltas a un tercero muy terciado y que, aunque sin humillar, al menos se movió lo suficiente para que le sacara alguna tanda estimable y unos redondos finales que motivaron una leve petición de oreja.
Ya con el sexto, un sobrero grandón y de feas hechuras de Hermanas Azcona, Aloi se alargó con facilidad y firmeza pero sin lograr levantar un trasteo condicionado por la falta de raza y de clase del utrero.
Quien sí que removió la tarde fue Miguel Andrades, al que cupo en suerte el lote más potable de la novillada, como fueron un segundo y un quinto de mucha mayor entrega y recorrido en sus embestidas que el resto de sus hermanos.
Aunque voluntarioso y aparatoso en sus formas, al novillero jerezano se le vio desacertado y poco concreto con el primero de ellos, que llegó a desbordarle en algunos momentos por su falta de mando y su incorrecta colocación en los cites, para ya echar el resto con el segundo.
A este lo saludó con hasta cuatro largas cambiadas, la primera a portagayola y las otras en los medios, caldeando así los hasta entonces fríos tendidos de la Misericordia, que le jalearon también sus apurados pares de banderillas, fuertemente aplaudidos.
Solo que esa arrojada vivacidad que tuvo en los primeros tercios derivó en una eléctrica velocidad, pretendidamente "artística", a la hora de manejar la muleta en un trasteo despegado y sin remate que, aun así, mantuvo la atención del tendido y le valió al gaditano, tras una estocada muy defectuosa de la que salió perseguido, ese único, y más que generoso, trofeo de la tarde.
Lunes 6 de octubre de 2024. Plaza de toros de La Misericordia, Zaragoza. Tercer festejo de abono de la feria del Pilar, con menos de un cuarto de entrada (unos 2.000 espectadores), en tarde lluviosa en el exterior de la plaza cubierta.
Cinco novillos de La Machamona y un sobrero de Hermanas Azcona (6º, sobrero como sustituto de uno de los titulares devuelto por flojo, de muy desigual presentación y de juego descastado y soso en general, salvo 2º y 5º, con más viveza y entrega.
Valentín Hoyos, de verde esmeralda y oro: pinchazo, estocada desprendida y descabello (ovación tras aviso); media estocada trasera atravesada (silencio).
Miguel Andrade, de rosa y oro con remates negros: bajonazo delantero (ovación); estocada baja delantera (oreja).
Bruno Aloi, de violeta y oro: estocada corta trasera (vuelta al ruedo tras aviso y leve petición de oreja); media estocada desprendida perpendicular y cuatro descabellos (silencio tras dos avisos).
Entre las cuadrillas, Juan José Domínguez y Pablo García saludaron tras banderillear al cuarto.