Por mucho que nos resistamos todo lo que nos entra por los ojos deja una pequeña huella en nuestra memoria que luego seguimos hasta que vamos directos, como autómatas, a la consecución de aquello que se nos indica. Puede ser una mahonesa, una chaqueta o un gadget electrónico. También cualquier producto para un mejor sexo con lubricación óptima bajo el lema “estar mojada es maravilloso, usar lubricante para estarlo también”. No es que tengamos que escandalizarnos, pero esa publi sería más de una franja televisiva en que los niños estuvieran ausentes.
La otra cuestión son las noticias ligadas a violaciones en masa, como la que promovió Dominique Pelicot entre gente de lo más variopinta: obreros, abogados, médicos, electricistas, periodistas, banqueros, soldados o camioneros. Así hasta cincuenta personas que fueron filmadas ultrajando a la esposa de Pelicot, Gìsele, a quien su marido drogaba profundamente antes de la orgía.
Las bacanales eran también la diversión favorita Sean Combs, un rapero americano acusado de crímenes sexuales, violencia, abusos a menores con la implicación de muchas personas poderosas del show business internacional. Drogas, violaciones y depravaciones máximas están incluidas en el sumario que ya está abierto con nombres sobradamente conocidos como Justin Bieber, Leonardo di Caprio, Beyoncé… y la lista va creciendo a medida que los datos se van dando a conocer.
“Menores, profesionales de la prostitución y víctimas de ambos sexos que llegaban drogadas sin saber siquiera donde estaban” eran objeto de todo tipo de vejaciones por parte de los invitados de luxe que participaban en estas desmesuras promovidas por el rapero y productor musical. Al mismo tiempo que estas repugnantes noticias veo en un titular de un suplemento de fin de semana “Orgasmo y magia sexual, la nueva técnica de moda en redes para canalizar la energía y cambiar de vida, consiguiendo todo lo que deseas”, me pongo a reflexionar y concluyo que el sexo forma parte importante de nuestras vidas, como también es importante la alimentación para el cuerpo humano. En una película que hizo historia, “La grande bouffe”, de Marco Ferreri, se vino a demostrar que los excesos nunca son positivos. Recomiendo revisar la cinta y también hacer un repaso a nuestros valores éticos y morales.