El rol del Colegio de Médicos en Madrid está en entredicho. Se le suele conocer por sus luchas de poder o por elevar sus trifulcas a los tribunales, poco más, mientras los ciudadanos se preguntan por las causas de los problemas de los servicios que entienden como derechos propios, siendo uno de ellos los servicios sanitarios.
Muchos de los problemas que presentan los sistemas sanitarios son inherentes a su propia naturaleza, por lo que las administraciones públicas deben tutelarlos, prevenir sus necesidades y garantizar su sostenibilidad.
La falta de médicos y la falta de presupuestos en la sanidad pública son dos de los grandes problemas que afectan más claramente al ciudadano. Las causas son muy diversas, originándose tanto por la inoperancia de las administraciones públicas como por la inactividad de otras instituciones básicas.
La adecuación del número de médicos en una sociedad se debe a varios factores. Por un lado, al modelo de oferta de plazas para formación tanto en su fase pregrado como postgrado. Por otro lado, al modelo de oferta laboral y en especial, a las condiciones retributivas y contractuales en el sector público y privado.
El papel de los colegios profesionales debería ser un elemento clave en todo este engranaje. La ley que de los regula, en su artículo 1, establece que tienen entre sus fines la ordenación del ejercicio de la profesión, la defensa de los intereses profesionales de sus colegiados y la protección de los intereses de los consumidores y usuarios de los servicios de sus colegiados.
En este orden de cosas, estas instituciones públicas, además de velar por las condiciones laborales y salariales de los médicos, deberán velar por una correcta planificación de la profesión para asegurar que haya suficientes profesionales para cubrir las necesidades de salud de la población.
La falta de planificación adecuada ha llevado a un desajuste entre la oferta y la demanda de médicos, tanto en términos de número de profesionales disponibles como en la distribución geográfica y de especialidades. Esto es especialmente problemático en áreas rurales, y en especialidades como la primaria y urgencias.
Una inadecuada planificación de la profesión médica afecta a la calidad de la atención sanitaria, ya que la falta de médicos genera, entre otras cosas, sobrecarga de trabajo, tiempos de espera más largos y un mayor estrés en los profesionales. Tanto la Constitución española como los tratados de la Unión Europea promueven los principios de igualdad y no discriminación. La falta de médicos en ciertas áreas del país o en determinadas especialidades puede generar desigualdad en el acceso a la atención sanitaria, afectando principalmente a las zonas rurales y a sectores de la población desfavorecidos.
Los colegios de médicos, como defensores de la profesión y de los intereses públicos, tienen el deber de promover un sistema sanitario que esté bien dotado de profesionales y pueda responder a las necesidades de la población de manera eficaz. Esto incluye: