Con una novillada a modo, de gran presencia y con su seriedad, pero de nobleza probada, embestidores y manejables, la terna de novilleros no acabó de aprovechar el partido que tuvo el ganado, mientras la gente se desgañitaba con el más mínimo detalle, pidió orejas por todo y hasta ovacionaron a un novillero al que le echaron un novillo al corral.
Todo cambia y no parece que para bien... pero estos son los tiempos que nos toca vivir.
Con la resaca, y las prisas, de la final del Circuito Valenciano de Novilladas, celebrado unas horas antes en Villena, la feria de la Comunidad Valenciana vivió su segundo festejo con la presencia de uno de los participantes en aquella, el madrileño Alejandro Chicharro, que pese al tute de la mañana -y las dos cornadas sufridas hace unos días- hizo un derroche de voluntad y ganas.
Su primero blandeó de manos y tuvo tendencia a distraerse, aunque en la muleta tuvo buen son sin que su matador pasase de evidenciar su solvencia técnica en un trasteo de largo metraje pero huero de emoción.
Desmontó limpiamente al picador el albahío que hizo quinto, aunque luego se fue suelto y le zurró de lo lindo el piquero que hacía puerta. El novillo, que parecía salido de los pinceles de Moratalla Barba, aunque no acabó de humillar, fue claro, de gran nobleza e incansable en su embestir sin que Chicharro acabase de aclararse ni de sacar todo el partido que tuvo el animal.
Fue ovacionado de salida el novillo que abrió plaza, que salvo por edad era un toro con todas las de la ley. Tampoco le acompañaron las fuerzas, saliendo del caballo muy mermado. Su buen fondo le hizo tomar el engaño con prontitud y fijeza, dejando que Diego Bastos compusiese una faena que fue a más pero sin acabar de romper, tardando, además, mucho en matar.
Muy bullidor con su segundo optó por el tremendismo ante un oponente noble y repetidor con el que sólo al final encontró acoplamiento. Motivo suficiente para el público para procurarle una oreja inconcebible en otras plazas.
Se le dio mucho castigo en varas al tercero, que llegó al último tercio a la defensiva, estando Alberto Donaire muy dispuesto y pinturero en otra labor larga e intermitente, llevándose una aparatosa voltereta al matar, y tardando luego tanto en matar que escuchó tres avisos, saliendo, pese a todo, a saludar cuando se arrastró al novillo. Hay que ver cómo cambian, para mal, los tiempos. Lo que siempre fue merecedor de pitos o bronca ahora se recompensa.
También se picó fatal al sexto, que tuvo más genio y embistió a oleadas, aunque también acabó siguiendo el engaño hasta que se terminó aburriendo en una faena de muchos altibajos y falta de unidad, llevándose otra voltereta al matar, y siéndole concedida una oreja, ahora justificada por la cornada y que paseó su cuadrilla.
Domingo 6 de octubre de 2024. Plaza de toros de Valencia. Segunda de feria. Un cuarto de entrada.
Novillos de Rocío de la Cámara, el sexto con el hierro de Cortijo de la Sierra, muy bien presentados y de buen juego en conjunto.
Diego Bastos, de botella y oro, siete pinchazos, aviso, descabello, silencio; pinchazo, media, oreja.
Alejandro Chicharro, de lila y oro, pinchazo y estocada trasera, ovación; pinchazo, entera pasada, aviso, oreja.
Alberto Donaire, de grana y oro, entera, aviso, aviso, dos descabellos, aviso, ovación; entera, oreja.
Destacaron en banderillas Tito, Raúl Ruiz, Juan Carlos Rey y Sergio Pérez.