Después de varias polémicas, Sue Gray, asesora principal del premier Keir Starmer, presentó este domingo su dimisión, protagonizando la primera gran crisis en Downing Street para un gobierno laborista que ni siquiera ha cumplido los cien días de mandato. Siendo la máxima responsable del funcionariado, Gray, estuvo al frente de la investigación del Partygate que acabó con el liderazgo de Boris Johnson, por lo que, cuando Starmer la fichó siendo aún líder de la oposición, los conservadores criticaron que su juicio no había sido neutral. La controversia no hizo más que crecer, cuando el laborista se convirtió en jefe de Gobierno y salió a la luz que la asesora cobraba más que el propio primer ministro. Las filtraciones a la prensa eran continuas. Se hablaba de mala gestión y de tensiones con Simon Case, actual responsable del cuerpo del funcionario, quien hace escasos días anunció que dejaría su cargo en diciembre.
Finalmente, Gray ha decidido renunciar justificando que “corría el riesgo de convertirse en una distracción”. Su nuevo papel será como responsable de regiones. Será reemplazada por Morgan McSweeney, quien dirigió la campaña electoral del partido laborista, dentro de la restructuración interna llevada a cabo por un primer ministro cuyos inicios no están siendo precisamente fáciles.
La reciente conferencia de la formación, la primera que los laboristas celebraban estando en el poder tras 24 años en la oposición, se vio ensombrecida por las donaciones realizadas por el multimillonario Lord Waheed Alli, a quien Gray supuestamente autorizó un pase temporal para Downing Street después de las elecciones de julio.
La percepción del nuevo ejecutivo laborista era que no había suficientes personas adecuadas en los puestos adecuados, lo contribuyó a errores de estrategia. En definitiva, nada de lo que se esperaba del que fuera fiscal general del estado, un hombre que ha tenido más que tiempo suficiente para preparar equipo ante las evidencias claras del cambio de ciclo que vaticinaban todas las encuestas para los comicios de junio.
Determinadas competencias, que habían estado bajo el mando de Gray, ahora estará bajo el control del James Lyons, ex periodista político del "The Sunday Times" y el "Daily Mirror", que ahora será nuevo director de comunicaciones.
Starmer ahora también tendrá dos nuevos jefes adjuntos de gabinete, Vidhya Alakeson y Jill Cuthbertson, y un nuevo secretario privado principal -un papel clave en la función pública para cada primer ministro- en Nin Pandit.
Agradeciendo a Gray por su trabajo, Starmer dijo que estaba "encantado" de que ella se quedara a su lado en su nuevo papel, y agregó que la reestructuración mostraba su "determinación” de llevar a cabo el cambio que prometió a los británicos.