Dice Elena Cid, directora de «Víctor Ullate. La danza de la vida», que «quería hacer un documental de danza para gente que no le interesara la danza». De ahí que, como lega en la materia, abordara el mundo del ballet y la gran figura del artista aragonés con mucho reparo: «Me daba muchísimo respeto la danza, le tenía como miedo: ‘buah, esto tiene que ser súper complicado’, me decía».
Nos preguntamos entonces cómo llegó esta directora maña a ponerse al frente de un documental sobre Víctor Ullate: «La directora de comunicación del ballet de Víctor Ullate era compañera de universidad de mi anterior productor en [[LINK:INTERNO|||Article|||63483953394db0e4b6d4dcc4|||‘Becquer y las brujas’]], y nos puso en contacto», cuenta Cid, y abunda: «Ella me recomendó leerme la biografía que había escrito sobre Ullate Carmen Guaita. Me atrapó totalmente. Me pareció que Víctor tenía una vida impresionante en términos narrativos».
Como afirma al principio, uno de los objetivos de la directora era «llegar a un público mayoritario», por lo que «planteé esa estructura alterna con la vida de Víctor y la divulgación de la danza. Él ha dedicado buena parte de su vida a comunicar la danza; ha sido un gran divulgador de este arte. Eso hacía que el documental tuviera un sentido».
Respecto a cómo fue trabajar con un monstruo, en el buen sentido, del ballet, Cid confiesa que «impresiona muchísimo: lo ves ahí tan pequeñito... pero se sienta y empieza a hablar y te das cuenta de que es un Artista. Hay algo que lo impregna todo, que encendías la pantalla y decías ‘madre mía es otra persona, ¡qué tío más increíble!’».
Nacho Duato o [[LINK:TAG|||tag|||633619cb1e757a32c790c473|||Mónica Cruz]] son algunos de los testimonios en los que se basa el metraje. «Buscábamos sobre todo gente que pudiera comunicar su amor a la danza», asevera la directora. «Mónica, aunque [[LINK:TAG|||tag|||633617b3ecd56e361693235c|||Penélope]] tuviera más relación con Ullate, es una persona que ama la danza de una manera increíble, y era capaz de transmitir ese amor de forma muy divulgativa». ¿Y Nacho Duato? «Pensamos que iba a ser muchísimo más complicado conectar con él, porque se llevaban mal. Y nos encontramos todo lo contrario, nos hemos llevado grandes sorpresas para bien. Hay gente que sabe diferenciar el valor histórico y artístico de alguien como Víctor de cualquier tipo de conflicto personal».
«Víctor Ullate. La danza de la vida» no llega a los cines hasta el 23 de octubre, pero ya se ha estranado en diferentes festivales, como el de Málaga o el de Madrid, de reciente celebración. «Nos ha sorprendido muy para bien la acogida, porque ha llegado el final con un grado alto de emoción, gente llorando, que no podía esperarlo. Por lo que sea, conecta muy bien la historia con la de casi cualquier persona y con lo que es la vida; conecta a otro nivel, lo que es el recorrido vital de Víctor, y de alguna manera logra emocionar, y eso es algo que nos ha hecho mucha ilusión», expresa Cid, quien pasó de Bécquer a Ullate: «En definitiva, ambos son magia».