Entre 1.000 y 1.200 aficionados del Anderlecht han acudido a San Sebastián para presenciar el encuentro de la segunda jornada de la Europa League entre el equipo donostiarra y el belga. De ese algo más de millar de aficionados aproximadamente unos 300 son considerados ultras y ya han protagonizado graves altercados en otros desplazamientos por Europa.
Desde primera hora de la mañana, los aficionados belgas se han concentrado en los alrededores del Boulevard y han estado ingiriendo alcohol durante todo el día. A primera hora de la tarde, la Ertzaina ha montado un dispositivo para dirigir a todos los aficionados del Anderlecht hacia el Reale Arena y ahí es donde han comenzado los problemas.
Muchas de las terrazas de los bares en la capital donostiarra han optado por recoger mesas y sillas para evitar altercados. Y esa medida es la que se ha tomado en los alrededores del estadio desde las 15:00. La Asociación de Comercio, Hostelería y Servicios de San Sebastián ha emitido un comunicado de queja por las medidas adoptadas por la presencia de los ultras en la ciudad, pero todos los locales cercanos al campo de fútbol han seguido las indicaciones.
Los aficionados belgas han ido sacando botes de humo de color blanco y violenta por las calles más céntricas de la capital guipuzcoana. Numerosos comercios han bajado las persianas para evitar contratiempos al paso de los ultras y todos alrededor de las 17:00 ya estaban concentrados en las cercanías del estadio.
El partido que comenzará a las 18:45 es vital para ambos equipos. El conjunto txuri urdin llega con la moral alta después de la contundente victoria por 3-0 frente al Valencia. Ahora, los de Imanol Alguacil quieren dar continuidad a ese buen partido ante el Anderlecht, para hacer que el punto cosechado en Niza sea bueno, además de que supondría la segunda victoria consecutiva en casa y generaría buenas sensaciones de cara al enfrentamiento del domingo, también en San Sebastián, ante el Atlético.
Enfrente, el Anderlecht, un histórico del fútbol belga que fue campeón de la Recopa de Europa en 1976 y 1978 y de la Copa de la UEFA en 1983, llega a Donosti en un momento muy delicado. El club de Bruselas es séptimo en la liga belga y acaba de perder a su entrenador, el danés Brian Reimer, que fue cesado el pasado 19 de septiembre, por la mala marcha del equipo. La gota que colmó el vaso fue una derrota por 0-2 contra el Genk, que acabó con el despido del quien había dirigido al equipo desde diciembre de 2022 y colocó provisionalmente al técnico de las categorías inferiores David Hubert como entrenador interino del primer equipo. Pero el cambio en el banquillo aún no ha dado resultado y desde entonces en Anderlecht ha cosechado dos empates, frente al Charleroi por 0-0 como local y frente al FCV Dender EH por 1-1 como visitante. A ello se suma la ausencia de su capitán, el veterano Jan Vertonghen, que arrastra molestias en el tendón de Aquiles y estará de baja al menos hasta final de mes, mientras que tampoco parece que estará en la convocatoria también por lesión el lateral izquierdo sueco Ludwig Augustinsson. Además, a última hora, la prensa belga ha anunciado que el centrocampista internacional belga Leander Dendoncker, designado capitán ante la ausencia de Vertonghen, tampoco podrá jugar contra la Real por lesión.