En las jornadas previa al GP de Singapur, la FIA lanzaba una dura ofensiva para tratar de eliminar las palabrotas en el la Fórmula 1. Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, reveló hace días que tomarían medidas: “Debemos diferenciar nuestro deporte del rap. No somos raperos. ¿Cuántas veces por minuto dicen la palabra con ‘f’? Nosotros no somos eso”. Además, reconoció que, como expiloto, entiende la adrenalina, pero los corredores deben ser responsables y dicho y hecho.
Aunque, las palabrotas no se emitan como tal en televisión y se solapen con pitidos, la frecuencia de tales insultos se ha convertido en motivo de preocupación para el organismo. Ya se ha hecho una petición formal a la FOM para limitar las radios en las que suenan esas malas malsonantes y que se emiten por televisión. Pero la FIA fue allá e hizo publica su primera y controvertida sanción a un piloto.
Después de que el tres veces campeón del mundo utilizara la palabra “jodido” en la rueda de prensa del jueves previo a la carrera (la frase completa traducida fue: “Estaba jodido. Sabía inmediatamente que el coche "es una mierda "), se vio obligado a presentarse ante la FIA.
Y, tras la primera sesión de entrenamientos libres, el organismo que rige la Fórmula 1 anunció en un comunicado que el holandés sería castigado ¡con realizar servicios comunitarios!. Una decisión que puso en alerta al resto de pilotos. Las reacciones no se hicieron esperar y desde diferentes escuderías no tardaron en posicionarse al lado del piloto de Red Bull que llegó a boicotear las posteriores ruedas de prensa y a amenazar con abandonar la fórmula 1 tras su castigo.
Los pilotos incluso anunciaron que mantendrían conversaciones y una reunión crucial para determinar si se enfrentan al presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, después de que Max Verstappen fuera sancionado. Lewis Hamilton instó a Verstappen a ignorar la penalización, mientras que Lando Norris, que justo detrás de Verstappen en la clasificación después de su victoria en Singapur, dijo que era "injusta" y que "no estaba de acuerdo con nada de eso".
Alex Wurz, que compitió para Benetton y Williams y ahora preside la Asociación de Pilotos de Grandes Premios, también se mostró contundente: "Como presidente de la GPDA, tengo que decir oficialmente que, por supuesto, lo discutiremos internamente, primero llegaremos a un consenso total y luego consideraremos si, y en qué forma, hablaremos con la FIA y el presidente. Los conductores deben poder expresarse de forma auténtica, aunque no de forma ofensiva ni discriminatoria. Para mí, la sanción es demasiado severa".
Sin embargo, esta unidad ha sido rota de manera brusca por Fernando Alonso que, por sorpresa han lanzado un duro ataque contra el piloto neerlandés colocándose abiertamente al lado de la FIA.
"Cosas como ésa me recuerdan que hay mucha gente mirándonos", declaró Alonso a Marca, que a continuación puntualizó que eso conlleva una responsabilidad.
"Si eres un piloto o alguien de dominio público, se supone que debes comportarte decentemente. Así que los aficionados pueden darte mucho amor, mucha motivación, pero también hay una gran responsabilidad con lo que se espera de ti. Tienes que ser un ejemplo si quieres, y si no quieres, tienes que hacerlo. Si quieres decir algo que no es correcto, tienes que contenerte y ser políticamente correcto. Tienes una responsabilidad con tus fans y esa gente cree en ti", sentenció el español.
La sanción de Verstappen no ha sido anulada y se espera que los pilotos de F1 mantengan conversaciones con la FIA en Austin, donde se celebrará el próximo Gran Premio, sobre la sanción por servicios a la comunidad impuesta al piloto de Red Bull. En este escenario, la puñalada de Alonso ha sido un auténtico jarro de agua fría para Verstappen que lo considera una traición frente al apoyo unánime de gran parte de la parrilla.