Carlos Alcaraz volvió a lucirse en el ATP 500 de China para derrotar a Medvedev en las semifinales y colarse en el partido que decide al campeón. Fue un encuentro muy peleado en el primer set, en el que el español volvió a tener una pequeña discusión, una conversación más bien, por el tiempo que dan para sacar después de un punto.
Contra Khachanov ya se quejó y esta vez hizo lo mismo, aunque siempre con educación y sin aspavientos. Los tenistas tienen 25 segundos para sacar cuando acaba un punto, pero desde julio ese contador se pone en marcha de forma automática. Los jueces de silla antes eran los que lo tenían que activarlo, ahora lo que pueden hacer es pararlo una vez que empieza, porque el reloj no mide si el punto anterior ha sido un saque directo o un intercambio largo.
Alcaraz acababa de hacer el primer break del partido a Medvedev y en el juego siguiente se vivió este intenso punto:
Se lo llevó el español y se puso con 30-15, pero a partir de ahí empezó a acumular fallos que le hicieron perder el juego y no poder confirmar la rotura. Con 30-40 protestó ya desde la pista. El punto siguiente fue una “caña” y la pérdida del juego. Mientras se secaba con la toalla decía “no” con la cabeza, pero no se desconcentró y su respuesta fue fulminante con un nuevo break en blanco.
Tocaba entonces el descanso y ahí sí se dirigió al árbitro, el carismático Mohamed Lahyani. “Es una locura lo del tiempo”, dijo, mientras abría los brazos para enfatizar su protesta. “Puedes pararlo, páralo un poquito”, añadía, mientras juntaba los dedos pulgar e índice.
Ese set todavía daría más vueltas, con una nueva rotura de Medvedev, pero al final lo terminó ganando Alcaraz por 7-5. Después cerró el encuentro con un 6-3 en el segundo, para colarse en la final.