El ruido excesivo es uno de los principales factores de riesgo para la pérdida de audición. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), millones de personas en todo el mundo están en riesgo de daño auditivo debido a la exposición prolongada a altos niveles de ruido. Son muchas las personas que no soportan el ruido a la hora de dormir. Los ronquidos de su pareja, el ruido de los coches en la calle, la música, o la vida de los vecinos, son algunas de las cosas que hacen que los tapones de oídos sean una necesidad.
A menudo subestimados, estos pequeños dispositivos pueden marcar una gran diferencia en situaciones cotidianas, ya sea que trabajes o vivas cerca de una obra de construcción, un aeropuerto, o simplemente una oficina ruidosa. Incluso quienes disfrutan de conciertos o actividades recreativas con alto volumen de sonido pueden beneficiarse del uso de tapones. Pero, ¿cómo funcionan realmente y qué tipos de beneficios ofrecen según la OCU?
Como comenta la OCU, existen diferentes tipos de tapones para los oídos, fabricados a partir de materiales diseñados para adaptarse a diversas necesidades. Los tapones de espuma, por ejemplo, son una opción popular debido a su asequibilidad y facilidad de uso. Ideales para dormir, estudiar, trabajos industriales y asistir a conciertos, con un costo que oscila entre los 0,40 y 2,20 euros por par.
Por otro lado, los tapones de cera ofrecen un sellado ajustable y reutilizable, adecuados tanto para dormir como para nadar, tienen precios similares a los de espuma, de entre 0,40 y 2,70 euros por par.
Además, los tapones de silicona son otra opción muy utilizada debido a su resistencia al agua y su capacidad de adaptación al oído externo. Estos tapones, que se venden en packs económicos (entre 0,31 y 1,18 euros el par), especiales para nadadores, y su durabilidad los hace una opción reutilizable y conveniente.
Finalmente, los tapones con rebordes, a menudo de silicona o caucho, ofrecen un sellado más fuerte sin necesidad de ser comprimidos, haciéndolos aptos para actividades como conciertos, motociclismo o trabajos industriales. En el extremo superior, los tapones moldeados a medida proporcionan un ajuste personalizado para quienes necesitan una mayor protección auditiva, como músicos o trabajadores industriales.
La exposición prolongada a niveles elevados de ruido puede tener graves consecuencias para la salud auditiva, incluyendo la pérdida temporal o permanente de audición. Uno de los daños más comunes es el tinnitus o acúfenos, un trastorno caracterizado por la percepción de sonidos fantasmas como zumbidos o pitidos en los oídos, resultado de la sobreestimulación del nervio auditivo.
El daño auditivo depende de varios factores, como la intensidad del sonido, la duración de la exposición y la frecuencia de dicha exposición. Sonidos que superan los 80 dB requieren protección auditiva si la exposición es prolongada, y a medida que el nivel de decibelios aumenta, el tiempo seguro de exposición disminuye. Por ejemplo, a 80 dB el tiempo seguro es de 8 horas, pero a 100 dB este tiempo se reduce a solo 5 minutos.
El índice de reducción de ruido (NRR) es un indicador útil que aparece en el envase de los tapones para los oídos, señalando cuántos decibelios pueden bloquear en un entorno ideal. Sin embargo, la eficacia del NRR puede disminuir si los tapones no se ajustan adecuadamente, lo que subraya la importancia de un uso correcto para proteger la salud auditiva de manera efectiva.
Uno de los principales problemas asociados al uso prolongado de tapones es la acumulación de cerumen, especialmente con tapones que se insertan profundamente en el canal auditivo. Esta acumulación puede provocar molestias, afectar la audición y aumentar el riesgo de infecciones si no se trata adecuadamente. Además, si los tapones no se limpian con regularidad o se introducen en el oído sucios, pueden introducir bacterias u hongos en el conducto auditivo.
Otro aspecto importante es la comodidad de los tapones. Algunas personas pueden experimentar molestias, irritación o presión en el oído si los tapones no se ajustan correctamente, lo que puede hacer que su uso sea incómodo. Es fundamental no depender excesivamente de los tapones, ya que algunas personas pueden acostumbrarse a utilizarlos tanto que luego les resulta difícil adaptarse a entornos sin ruido.
