China aumentará la edad de jubilación para evitar que se agote su fondo de pensiones. Lo hará por primera vez en siete décadas, con el riesgo de enfadar a los ciudadanos que se ven obligados a seguir trabajando en una economía en desaceleración.
El máximo órgano legislativo del país ha aprobado un plan que comenzará en enero y entrará en vigor de forma gradual a lo largo de 15 años. Cuando se aplique en su totalidad, la edad de jubilación de los hombres habrá aumentado de 60 a 63 años.
Las trabajadoras manuales, que actualmente se jubilan a los 50 años, tendrán que esperar hasta los 55. En el caso de las trabajadoras blancas, la edad pasará de 55 a 58. A partir de 2030, los trabajadores chinos tendrán que cotizar durante 20 años, en lugar de 15, para solicitar su pensión de jubilación.
La lenta implantación del sistema reducirá su impacto sobre los individuos, pero provocará malestar entre algunos trabajadores mayores que se quejan de que, en un mercado laboral cada vez más restringido, cada vez es más difícil conservar el empleo y encontrar otros nuevos.
Según el Comité Permanente, los gobiernos a todos los niveles «deben responder activamente al envejecimiento de la población, fomentar y apoyar el empleo y el espíritu empresarial de los trabajadores».
China tiene una de las edades de jubilación más bajas del mundo, pero con una población en expansión el sistema funcionó. Las pensiones importaban menos en una sociedad de familias numerosas, en la que los jóvenes mantenían a sus padres jubilados, que a su vez ayudaban a los hijos trabajadores con la crianza de sus nietos.
Las pensiones oscilan entre unos cientos de yuanes y unos 4.000 yuanes –aproximadamente 500 euros– al mes, en función de las cotizaciones y el tipo de empleo. La población china alcanzó un máximo de 1.400 millones de habitantes y en 2022 empezó a reducirse.
Mientras, la gente vive más años. La esperanza de vida, que era de 44 años en 1960, aumentó a 78 años en 2021 y se prevé que supere los 80 en 2050. Como la generación nacida bajo la política del «hijo único» domina la población activa, el número de contribuyentes que aportan a las arcas del Estado seguirá disminuyendo aunque aumente el número de jubilados que cobran sus pensiones.
Sin un cambio de política, el fondo estatal de pensiones se agotará más rápido de lo que se llena en pocos años y se evaporará por completo en 2035, según algunas estimaciones. Pero hay objeciones, especialmente dada la incierta situación de la economía china, que se ha recuperado más lentamente que los países occidentales tras la pandemia, en medio de preocupaciones por el mercado inmobiliario y el desempleo. La disidencia abierta es arriesgada en un país en el que quienes desafían al Gobierno pueden ser encerrados.
