Con el inicio del nuevo curso escolar, muchos padres y madres se echan las manos a la cabeza, nunca mejor dicho, ante el riesgo inminente de que sus hijos vuelvan a casa con piojos en el cabello. Este problema, aunque común, va más allá de las molestias físicas que genera, como el picor constante y la necesidad de rascarse.
Según el IX Estudio CinfaSalud: “Percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis”, avalado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), el 24,7 % de los progenitores cree que afecta emocionalmente a sus hijos, debido en gran medida al estigma social que conlleva.
Julio Maset, médico de Cinfa, subraya que este impacto psicológico está relacionado con los falsos mitos que aún rodean a los piojos, como su supuesta relación con la falta de higiene. "Los piojos van al pelo limpio igual o más que al sucio", aclara el experto. Además, el miedo al rechazo social lleva a muchos padres a no notificar al colegio la infestación, lo que aumenta el riesgo de contagio entre compañeros.
Maset explica que para combatir eficazmente los piojos, es crucial conocer bien el problema y desterrar mitos erróneos. No es cierto, por ejemplo, que los piojos salten o vuelen, ni que sea necesario raparse el cabello o usar remedios caseros como mayonesa o aceite de oliva. "La mejor medida preventiva es informar al centro escolar si nuestro hijo tiene piojos, para evitar la propagación", aconseja.
Además, se debe recordar a los niños la importancia de no compartir peines, toallas o accesorios para el cabello, ya que estas son vías comunes de transmisión de piojos.
Si un niño comienza a sentir picor en la cabeza, es esencial revisar su cabello con una lendrera, un peine especial que arrastra liendres y piojos. Se recomienda hacerlo con el cabello húmedo, ya que ralentiza a los parásitos y facilita su retirada.
En caso de confirmarse la infestación, sí debe aplicarse sobre el cabello seco, mediante un masaje, el champú, loción o espuma pediculicida. Después de lavar y aclarar, se ha dejar secar el pelo al aire, nunca con secador, ya que el calor inactiva el efecto insecticida residual del producto. Para terminar, se debe pasar de nuevo una lendrera para retirar los piojos muertos y las liendres.
El tratamiento se debe repetir una semana después para asegurar la eliminación completa. "Con que haya quedado alguno, es suficiente para que nazcan y se reproduzcan de nuevo”, advierte el experto El doctor Maset incide en que los productos pediculicidas solo deben usarse si se confirma la presencia de piojos, para evitar resistencias, y en su lugar, se pueden utilizar repelentes específicos como medida preventiva.