El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
San Nicolás de Tolentino nació en 1245 en Sant'Angelo in Pontano, en la región de Marche, Italia. Desde joven, sintió una profunda vocación religiosa y se unió a la Orden de San Agustín, ingresando en el convento de Tolentino. Allí, se destacó por su ferviente vida de oración y su dedicación al servicio de los demás. Nicolás era conocido por su humildad, piedad y dedicación a las prácticas espirituales, lo que le ganó gran respeto entre sus contemporáneos.
Durante su vida, San Nicolás se dedicó intensamente a la asistencia espiritual y al cuidado de los enfermos. Era especialmente conocido por sus prácticas devocionales por las almas del purgatorio, a quienes ayudaba a través de sus oraciones y sufragios. Su vida de dedicación y servicio hizo de él una figura venerada en su comunidad y más allá.
San Nicolás de Tolentino fue canonizado el 3 de marzo de 1446 por el Papa Eugenio IV. Su canonización se basó en el reconocimiento de su vida ejemplar de virtudes y sus numerosos milagros atribuidos a su intercesión. La fama de sus milagros y la devoción popular jugaron un papel crucial en su reconocimiento como santo.
El legado de San Nicolás se manifiesta en su dedicación a las almas del purgatorio, que le valió el título de "Apóstol de las Ánimas". Su vida y obra inspiraron a muchos a seguir su ejemplo de piedad y caridad. Es conocido también por haber promovido la devoción a la Virgen María y haber establecido prácticas que perduraron en la Orden Agustiniana.
San Nicolás de Tolentino murió el 10 de septiembre de 1305 en el convento de Tolentino. A pesar de su vida dedicada al servicio y a la oración, enfrentó desafíos durante su vida, incluyendo conflictos dentro de la Orden y con autoridades locales. Sin embargo, su vida estuvo marcada por un fuerte sentido de propósito y un compromiso inquebrantable con su vocación.
Su muerte fue seguida de un proceso de veneración que llevó a su canonización y al establecimiento de su festividad en el calendario litúrgico. San Nicolás de Tolentino sigue siendo una figura venerada en la Iglesia Católica, especialmente en la Orden de San Agustín, y es recordado por su devoción y su dedicación a la intercesión por las almas del purgatorio.