Tanzania es ese país al que cientos de parejas jóvenes corren de viaje de novios. Van a ver jirafas y leones que rugen y se parecen a Mufasa. A que les bailen alrededor cantando en suajili. Pero Tanzania esconde un lado oscuro que debe conocerse. No se trata sólo de la expulsión de los masái de sus territorios ancestrales, únicamente con el fin de beneficiar a las grandes fortunas árabes y occidentales. Se trata de una cara oscura en su arena política. En diciembre tendrán lugar las elecciones locales en el territorio, en enero de 2025 están programadas las elecciones presidenciales… y se ha normalizado desde hace meses la desaparición de opositores políticos… con asesinatos incluidos.
11 de agosto de 2024: la policía tanzana detiene y recluye a varios dirigentes del Partido para la Democracia y el Progreso de Tanzania (Chadema), el principal partido opositor. El mismo día fueron arrestados un centenar de jóvenes simpatizantes del partido, incluyendo cinco periodistas. Ese mismo día fueron detenidos 107 miembros del partido en la región de Iringa, en la zona de Nyasa. Al día siguiente fueron detenidos en el aeropuerto de Songwe el líder de Chadema, Freeman Mbowe, y al líder nacional de Bavicha, John Pambalu. Mbowe ya había sido detenido en julio de 2021, junto con otros 11 integrantes del partido, sin ser puesto en libertad hasta pasados siete meses.
Los nombres vinculados a detenciones se acumulan. Los activistas políticos Boniface Mwabukusi y Mdude Nyagali también fueron arrestados en julio de 2023. Tundu Lissu fue detenido en septiembre del mismo año por celebrar una "reunión ilegal" tras asistir a un mitin político en la división de Loliondo. Etc.
La represión política en Tanzania, el país de las lunas de miel, lleva siendo una constante desde el inicio de la presidencia de John Pombe Magufuli en 2015. Magufuli (conocido, entre otras perlas, por su persecución a la comunidad LGTBI) falleció en 2021 y fue sustituido por Samia Suluhu Hassan, que se convirtió en la primera mujer presidente del país africano. Y bajo su mandato, las persecuciones continuaron. Sarah Jackson, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para África Oriental y Austral, declaró que "las detenciones masivas y la detención arbitraria de figuras del partido Chadema, así como de sus simpatizantes y periodistas, son una señal profundamente preocupante en el período previo a las elecciones locales de diciembre de 2024 y las elecciones generales de 2025. Las autoridades tanzanas deben respetar urgentemente el derecho de las personas a la libertad de expresión y asociación".
A medida que las fechas electorales se aproximan, la desaparición de figuras opositoras ha ido en aumento. Se tratan de decenas de desaparecidos, aparentemente secuestrados por las fuerzas de seguridad al servicio de la presidente Hassan. Periodistas, activistas políticos, opositores, críticos al régimen cuya desaparición ha llevado a que Tanzania haya pasado del puesto 118 en 2019, al 143 en 2023, según el Índice de Libertad de Prensa que publica cada año Reporteros Sin Fronteras. Y una nueva noticia ha sacudido en el pasado domingo a la sociedad tanzana: la aparición del cadáver de Ally Mohamed Kibao, una de las principales figuras del partido Chadema.
Kibao fue secuestrado por hombres vestidos de civil, hace escasos días, en un centro comercial de Dar Es Salaam, y el estado en que ha sido hallado su cadáver puede considerarse grotesco. Tirado en una cuneta, cubierto de moratones por la paliza previa a su asesinato y con el rostro desfigurado por el ácido sulfúrico que le habían arrojado a la cara, supuestamente en un intento de ocultar su identidad. Hace apenas un mes desde que cientos de líderes y simpatizantes de Chadema fueron detenidos por la policía en el curso de una manifestación juvenil, acumulándose con los arrestados que se mencionan más arriba, pero la presidenta de Tanzania comunicó tras conocerse el asesinato de Kibao que “he ordenado a las agencias de investigación que me traigan rápidamente un informe detallado sobre este horrible incidente y otros incidentes similares”.
La policía tanzana, primera sospechosa de lo ocurrido a ojos de la ciudadanía, aún no ha emitido una declaración sobre la muerte de Kibao, aunque su portavoz nacional, David Misime, había comunicado el sábado que se habían iniciado investigaciones sobre el presunto secuestro. Ahora se conoce que Kibao está muerto, desfigurado, apaleado y arrojado en una cuneta. En el país de las lunas de miel. En el país donde los masái son expulsados de su tierra y tiroteados cuando osan manifestarse contra la injusticia.
