El Ministerio de Trabajo retoma en la mañana de hoy lunes la negociación sobre la reducción de jornada laboral con el objetivo, cada vez más complejo, de cerrar un acuerdo antes de final de año que incluya a los empresarios y con la presión de los sindicatos, que amenazan con movilizaciones si no se logran avances significativos para reducir la jornada máxima semanal desde las 40 horas vigentes a las 37,5 horas en 2025 pasando por las 38,5 horas ya desde este 2024.
El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, reiteró la pasada semana que hará valer el compromiso del Gobierno sellado en el acuerdo de Gobierno del PSOE con Sumar aunque no haya acuerdo con las patronales. "No se somete a derecho de veto de ninguna de las partes", advirtió. Sin embargo, está por ver el alcance del órdago del departamento de Yolanda Díaz dada la debilidad parlamentaria del Ejecutivo.
Y es que un "no" empresarial podría dejar en el dique seco el recorte de la jornada ante la posibilidad de que tanto el PNV como Junts se posicionen en contra durante su tramitación en las Cortes. Por ahora, la última oferta de Trabajo para flexibilizar la gestión de la jornada anual y que las horas que cada empresa tiene vigentes se apliquen hasta 2025.
Por su parte, el secretario general de CC OO, Unai Sordo, emplazaba la semana pasada al Gobierno a dejar resuelto este asunto en estos meses de otoño, en tanto que su homólogo de UGT, Pepe Álvarez, aseguraba que la reducción de jornada "es la gran batalla" para el sindicato en este curso político.
En la última asamblea de la CEOE, celebrada a principios de julio, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, acusó a Trabajo de "gobernar contra las empresas" y afirmó que reducir la jornada a 37,5 horas semanales "equivale a regalar casi por decreto 12 días de vacaciones pagadas al año por las empresas".