Unas 950.000 personas, muchas de ellas menores, han tenido que abandonar sus hogares por las graves inundaciones en Mali, Nigeria y Níger, donde múltiples escuelas están siendo utilizadas como refugio a pocas semanas del inicio del curso, denunció este viernes la organización Save the Children.
"Los cientos de miles de niños desplazados ahora de sus hogares se enfrentan a enfermedades, hambre por la destrucción de las cosechas y trastornos en su educación, ya que las escuelas se han llenado de familias que huyen o han resultado dañadas por las inundaciones", explicó la ONG en un comunicado.
Aunque esta es la época de lluvias en África occidental, las precipitaciones este año han sido más severas de lo habitual, de acuerdo con la previsión de la temporada, lo que demuestra que los fenómenos meteorológicos extremos "son cada vez más frecuentes y graves como consecuencia de la crisis climática".
En Mali, donde el Gobierno ha declarado el estado nacional de catástrofe, las inundaciones han obligado a 73.778 personas, entre ellas 32.889 niños, a abandonar sus hogares, muchos de los cuales buscan refugio en las escuelas, con el riesgo de que se retrase el curso escolar, cuyo comienzo está previsto para octubre.
Rama, de once años, es una de esos niños: "Vinimos a vivir a la escuela a causa de la inundación que destruyó toda nuestra y todo lo que poseíamos: nuestro corral, nuestra ropa, nuestros utensilios de cocina, nuestra comida, el material escolar de mi hermana y nuestra bonita muñeca a la que quería mucho", declaró a Save the Children.
En Nigeria, las inundaciones han afectado a 29 de los 36 estados del país -cuatro quintas partes del territorio-, sobre todo en las zonas del norte.
Las lluvias torrenciales han provocado el desbordamiento de presas y la subida del nivel de los dos ríos más caudalosos, el Níger y el Benue, con más de 200 muertos, entre ellos niños.
Además, más de 225.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en todo el país y más de 2.100 han resultado heridas.
Según datos del Gobierno nigeriano, más de 115.265 hectáreas de tierras de labranza también han resultado dañadas, en un país que ya registra altos índices de inseguridad alimentaria.
En Níger, las inundaciones han afectado a las ocho regiones, con lluvias torrenciales e inundaciones que comenzaron en mayo arrasando.
Al menos 265 personas han muerto y los niños están expuestos al riesgo de ahogamiento, enfermedades transmitidas por el agua y electrocución por cables expuestos.
La directora regional de Incidencia, Comunicaciones, Campañas y Medios de Save the Children en África occidental y central, Vishna Shah-Little, aseguró que tal nivel de destrucción "podría haberse evitado si se hubiera actuado antes".
"Necesitamos ver una acción urgente y audaz sobre el cambio climático a nivel mundial, a medida que su impacto en los niños se hace cada vez más visible", añadió, informa Efe.