El Banco Central Europeo (BCE) ha notificado oficialmente a BBVA su decisión de oponerse a la toma de control de Banco Sabadell como resultado de la oferta pública de adquisición (OPA) que ha presentado. Así lo ha notificado BBVA a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con lo que pasa otro de los obstáculos previos para que la CNMV autorice la operación. Esta misma semana también recibió el visto bueno de los reguladores británicos de su control indirecto de TSB, que es filial de Banco Sabadell.
El Banco Sabadell ha recibido esta noticia con tranquilidad, ya que "era lo esperado". Fuentes de la entidad que preside Josep Oliu manifestaron a LA RAZÓN que "el anuncio de hoy es fruto principalmente de una evaluación prudencial. No cambia la necesidad de análisis de la transacción por parte de la CNMV, la CNMC y, previsiblemente, del Gobierno, quien ha dejado claro que tendría la última palabra".
Además recuerda que, a la hora de emitir su opinión, el BCE solo "considera criterios como la solvencia del potencial comprador. Su análisis no entra en aspectos clave como aquellos relacionados con la competencia en el sector bancario español, el apoyo a las pymes o cuestiones fundamentales sobre el valor de la propuesta para los accionistas de Sabadell".
Sabadell se mantiene en su postura de rechazo a la OPA de BBVA. "Como hemos dicho con anterioridad, creemos que la transacción es perjudicial para el acceso de las pymes al sector bancario y para los accionistas de Sabadell. El proceso sigue siendo largo y complejo, y los accionistas de Sabadell no necesitan tomar ninguna decisión en este momento".
El banco presidido por Carlos Torres solicitó, en primer lugar, el visto bueno de la CNMV y el BCE a la operación, así como la autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a la fusión de las dos entidades por el impacto que tendría en la competencia. La del BCE ha supuesto su primer round ganado, pero aún le queda por superar los filtros de ambas Comisiones y del propio Gobierno, que tendría derecho de veto.
La CNMV recibió la información tras la admisión a trámite del folleto de la opa el pasado 24 de mayo. Justo una semana después, el banco remitió otra petición a la CNMC para que ofrezca su opinión sobre las potenciales consecuencias de la fusión de las dos entidades en el mercado bancario. Aunque su informe no es vinculante a la hora de decidir el visto bueno a la operación -porque no es una paso necesario en el proceso de lanzamiento la opa al bastar el plácet de la CNMV-, pero sí puede servir al Gobierno para tener una excusa a la que agarrarse para bloquear la operación. BBVA podrá lanzar su opa incluso aunque Competencia no haya dado su opinión ó esta sea contraria- o impuesto condiciones si tiene el beneplácito de la CNMV y del BCE.
Por tanto, será ahora la CNMV la que estudie en profundidad el folleto de la oferta y la que decidirá sobre su futuro tras lograr el aprobado del BCE, y es la que estudiará si la fusión puede provocar desequilibrios en el sistema y riesgos para la estabilidad financiera. En su oferta a los accionistas del Sabadell, la entidad propone canjearles 4,83 títulos de la entidad catalana por uno nuevo del BBVA, unos términos cuyo atractivo ha defendido en todo momento.
BBVA ha propuesto a los accionistas de Sabadell el intercambio de una nueva acción de BBVA por 4,83 acciones de la entidad catalana. Tras el canje y suponiendo un 100% de aceptación por parte de los accionistas de Banco Sabadell, estos tendrían un 16% de participación en BBVA. Además, defiende que los accionistas de Sabadell se beneficiarán de una prima del 30% sobre el cierre de ambas entidades del pasado 29 de abril; del 42% sobre las cotizaciones medias ponderadas del último mes; o del 50% sobre las cotizaciones medias ponderadas de los últimos tres meses.