"No me reconocí. Son escenas de violación, estoy en mi cama, inerte, dormida, y me están violando". Estas han sido algunas de las palabras de Gisèle Pélicot en su primera intervención ante el Tribunal de lo Criminal de Vaucluseque, en Francia, donde se sigue el juicio contra 51 hombres que la violaron durante diez años tras ser sedada y drogada por su marido. "Fui sacrificada en el altar del vicio. Cuando vemos a esta mujer, drogada, maltratada, muerta en una cama, claro que el cuerpo no está frío, está caliente, pero estoy como muerto". "Estos hombres me están profanando", añadió en un testimonio estremecedor la víctima, que ahora tiene 71 años y que fue violada decenas de veces por desconocidos entre 2011 y 2020 en su propia casa cuando caída sedada por los efectos de las pastillas que le daba su marido.
Gisele declaró este jueves en Aviñón que ha querido que el proceso se haga en público para que se sepa todo y ninguna otra mujer sufra una sumisión química. "Para mí el mal está hecho", señaló Pélicot antes de añadir que ha renunciado a que todo se hiciera a puerta cerrada "en nombre de todas esas mujeres que tal vez nunca serán reconocidas como víctimas".
Su marido Dominique, con el que llevaba 50 años de "feliz matrimonio", se dedicaba a contactar con hombres de todas las edades para que tuvieran sexo con su esposa mientras él se dedicaba a grabar vídeos y sacar fotos porque, según dijo, disfrutaba con las escenas. Su esposa no era consciente de nada porque estaba drogada con ansiolíticos que él le había suministrado.
Todo se descubrió en septiembre de 2020 cuando Dominique Pélicot fue detenido por los vigilantes de un supermercado de la ciudad de Carpentras por haber filmado bajo la falda de varias mujeres y cuando los policías fueron a analizar su material informático se toparon con miles de fotos y vídeos en los que aparecía su mujer inconsciente y se veían los abusos a los que había sido sometida.
Gisèle dijo ante el tribunal que "los policías me salvaron la vida al investigar en el ordenador del señor P.", que es como se refirió al que durante medio siglo ha sido su esposo, con el que está en proceso de divorcio. "Durante 50 años, siempre apoyé a mi marido" y en ese tiempo "nos mantuvimos unidos", señaló antes de puntualizar que su mundo "se hundió" el 2 de noviembre de 2020 cuando los convocaron a los dos en comisaría y le enseñaron los archivos que le habían descubierto.
Contó que en un primer momento le costó reconocerse, que se vio "inerte", "dormida" y que se dio cuenta de cómo abusaban de ella: "Violación no es la palabra correcta, es barbarie". "No son escenas de sexo, son escenas de violaciones. Hay dos o tres encima de mí y yo estoy inerte", relató la víctima antes de insistir en que "me sacrificaron ante el altar del vicio". "Estoy en shock. Mi mundo se está desmoronando. Éramos una pareja muy unida y teníamos siete nietos". La víctima ha explicado que tiene “problemas para aceptar las fotos” y se negó a ver los vídeos.
También criticó la postura de la mayor parte de los que comparecen como acusados, que alegan no haber sido conscientes de que estaba drogada y de que no había consentimiento de su parte. "Esos hombres me mancillan, se aprovechan de mí. Y ni uno solo se dice que hay algo raro", añadió la víctima, que contrajo cuatro enfermedades infecciosas producto de las violaciones.
Gisèle Pélicot aseguró que nunca había practicado sexo en tríos, ni intercambio de parejas, afirmó haber quedado "estupefacta" cuando se enteró de las desviaciones sexuales de su marido, que "en 50 años de vida común, nunca tuvo gestos obscenos".
En total, además de Dominique Pélicot, hay otros 50 hombres que han podido ser identificados y que están siendo juzgados por el delito de violación agravada, que está penado con hasta 20 años de cárcel.