Cientos de trabajadores del Poder Judicial bloquearon con vehículos el acceso a la Cámara de Diputados de México este martes en un intento por impedir que el oficialismo vote una polémica reforma del órgano propuesta por el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador. Esto llevó al líder de la bancada del partido oficialista Morena, Ricardo Monreal, a pedir a sus diputados que evitaran llegar a la sede parlamentaria para no protagonizar enfrentamientos con los manifestantes. Monreal confirmó, además, que estaban valorando celebrar la sesión en un sitio alternativo.
Mientras, unos mil trabajadores de la Suprema Corte se declararon en huelga en protesta por la votación de la reforma. La Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito (JUFED, por sus siglas), que está en paro nacional desde hace casi dos semanas, formó una barrera humana frente al Palacio de San Lázaro, donde discutieron con legisladores Morena que buscaban entrar. Además del bloqueo, está previsto que los ministros del máximo tribunal mexicano celebren este martes una reunión para definir si también suspenden sus labores.
Desde antes del amanecer, cientos de empleados judiciales se apostaron en los alrededores de la Cámara de Diputados para bloquear con autos las calles que conducen al recinto, en tanto otros colocaron cintas atravesando las vías para impedir el paso peatonal. «Estamos aquí desde las 04.00 horas de la mañana rodeando la Cámara de Diputados. Sabemos que esta fecha es fundamental (...) porque se pretende dar una aprobación apresurada, sin análisis, sin mayor diálogo», declaró a una radio local la líder de los trabajadores, Patricia Aguayo.
Uno de los puntos más polémicos de la reforma del Gobierno es que los jueces y ministros sean designados por voto popular, lo cual también generó inquietud en Estados Unidos y Canadá, socios comerciales de México en el T-MEC. La JUFED sostiene que la reforma viola sus derechos laborales porque acabaría con la carrera judicial y permitiría la «intromisión de intereses» con las campañas electorales en la Justicia. «Por nosotros, pueden ir a sesionar al infierno, pero aquí en la Cámara de Diputados no van a sesionar hoy», expresó Aguayo.
El propio López Obrador minimizó en su conferencia diaria los efectos del paro judicial al defender su reforma en los primeros compases del bloqueo. «Yo, cuando me dijeron que iban a ir a huelga, hasta me alegré porque dije: ya no va a haber ‘sabadazos’ [liberación de criminales en fines de semana}, no van a sacar delincuentes de la cárcel, no van a seguir defendiendo a delincuentes del crimen organizado y a delincuentes de cuello blanco», expresó el mandatario en el Palacio Nacional.
Morena y sus aliados, que arrasaron en las elecciones generales del pasado 2 de junio, suman cómodamente dos tercios de los 500 escaños que se requieren para aprobar reformas constitucionales sin necesidad de negociar con la oposición. La reforma también tendría que ser votada en el Senado, donde el oficialismo debe conseguir un voto para reunir la llamada mayoría calificada. Esta iniciativa la lanzó en febrero pasado López Obrador, quien el próximo 1 de octubre pasará la presidencia a su delfín Claudia Sheinbaum, también de Morena y exalcaldesa de la capital mexicana.