Para los niños (y los no tan niños, que les afecta igual) de la mayoría de Comunidades Autónomas españolas, esta semana implica el final de las vacaciones de verano, ya que este mismo jueves o viernes tendrán que comenzar el nuevo curso escolar 2024/2025. Dependiendo de cada zona, puede que la 'vuelta al cole' se retrase unos días más, pero ya estamos en la recta final.
Otro año de escuela que arranca implica otro gasto inicial muy importante para las familias, que para este curso se calcula de en torno a 492 euros de media nacional, aunque en algunas partes de España podría ser superior incluso. Dentro de este presupuesto entran los libros académicos, que suponen más de la mitad de este desembolso, al que habría que sumar el coste del material escolar, el equipamiento deportivo o las mochilas y otros bienes.
Y para muchas otras familias, tanto en las grandes ciudades como en zonas más rurales, existe el consistente añadido del pago del transporte escolar para sus hijos, ya sea porque viven lejos del centro educativo o porque no existe uno en las cercanías. Sea en autobús escolar o en coche particular, aunque los carburantes arrastran una tendencia de bajada de precio, estos desplazamientos suponen otro 'extra' de peso en las cuentas de la economía familiar.
Sin embargo, para todos aquellos padres que se ven obligados a llevar ellos mismos a sus hijos al colegio, en la mayoría de casos se da la recurrente problemática de dónde aparcar el coche de lunes a viernes frente al centro de estudios, al mismo ciento que el resto de cientos de familias. Si no existe un parking privado y se decide dejar el coche en doble fila, esto podría conllevar una sanción económica de varios cientos de euros.
Durante el verano, las aceras y carreteras que rodean los colegios están prácticamente desiertas, una imagen que choca con la realidad del día adía tras la vuelta de vacaciones: accesos a los centros colapsados durante 20 o 30 minutos en la famosa (y no por nada bueno) 'hora punta'. Este jaleo y guirigay masivo tiene un gran bullicio durante un periodo de tiempo muy corto, tras el cual el tráfico regresa a un ritmo normal.
Especialmente en grandes ciudades, donde hay más automóviles en circulación y una densidad de población infinitamente mayor, se producen choques, discusiones y obstaculizaciones de circulación entre los padres de los alumnos de lunes a viernes todas las mañanas. Y más aún cuando después se debe acudir al puesto de trabajo, ha habido un atasco o simplemente hay tantos coches parados frente a la puerta del colegio que conducir por esa calle resulta imposible si no demencial.
Una de las multas más habituales que interpone la Dirección General de Tráfico (DGT) en España, desde septiembre hasta junio, proviene de vehículos estacionados en doble fila, especialmente durante más tiempo del que permite la ley o en lugares donde está totalmente prohibido. Las sanciones, que pueden ir más allá de lo económico, rondarían los 200 o incluso 500 euros.
Aunque sí el legal aparcar en doble fila, las condiciones que exige la DGT para no ser sancionados son muchas y muy difíciles de cumplir durante la hora punta a la entrada de los colegios. Para poder estacionar así sin que ello implique sanción se necesita:
Para cualquier padre o madre que esté acostumbrado a llevar a sus hijos al colegio, sabe que aparcar así es una tarea titánica. Ya sea en calles estrellas, unidireccionales o bidireccionales, se dan una aglomeración de coches tan grande que es muy difícil aparcar frente al colegio cumpliendo todas estas exigencias. Mucha gente opta por estaciones en doble fila, pero ello constituye una infracción que conlleva una multa de hasta 200 euros.
Y por encima de esto, si no solo se ha aparcado en doble fila, sino que además se ha estacionado en sentido contrario a la marcha, la sanción puede elevarse hasta los 500 euros y la pérdida de hasta seis puntos del carnet de conducir. La mejor forma para cumplir con la Ley de Tráfico y evitar sanciones o accidentes, es salir antes de casa contando con el tiempo que se demorará en circular y encontrar un aparcamiento seguro para los hijos.
El mayor riesgo no es la propia multa de la DGT, sino que la falta de cautela en medio del frenesí que se da de lunes a viernes, puede provocar accidentes graves, como atropellos a menores de edad. Ante todo, debe primar la salud y la integridad física de los hijos, aunque ello implique madrugar más para evitar parcialmente las aglomeraciones.