El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas sigue siendo un polvorín sin vías de solución. Y es que los "parches" del Ejecutivo de poco han servido para solucionar el colapso de las salas de acogida de inmigrantes, así como la falta de agentes y medios. Sin ir más lejos, este domingo, en torno a las 19:00 horas, tenía lugar un nuevo motín en la Sala 3 de la Terminal 1, que acoge a ciudadanos que han solicitado protección internacional y esperan el resultado de la tramitación de sus expediente. O lo que es lo mismo, si su solicitud de asilo ha sido aceptada o denegada.
Según denuncian desde la Confederación Española de Policía (CEP), un grupo de ciudadanos mauritanos y magrebíes, de los casi ochenta internados en esas instalaciones, "trató de escapar tras conocer que se habían desestimado algunas de sus peticiones de asilo". La situación llegó a tal extremo que los agentes destinados en el puesto fronterizo del aeropuerto de Barajas se vieron obligados, una vez más, a solicitar refuerzos.
La llegada de los efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) tuvo un efecto disuasorio, según relatan desde este sindicato policial, que también destaca la labor de los intérpretes que mediaron entre los agentes y los inmigrantes que habían solicitado asilo. "Esto permitió reconducir la situación y separar del grupo a quienes habían provocado el motín y conato de fuga, evitando en todo caso incidentes o lesiones entre los policías o los solicitantes de protección internacional", apuntan desde la CEP.
En este punto, queda patente la indefensión y la falta de protección de los agentes destinados a esta infraestructura. Las reiteradas quejas y denuncias de los policías caen en saco roto ante el abandono del Ejecutivo de Pedro Sánchez y su ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que se limita a poner "parches".
"Los compañeros destinados en el puesto fronterizo deben hacer frente a estos incidentes de orden público sin los efectivos suficientes, sin los medios de protección necesarios y sin la formación especializada", denuncian desde este sindicato. Por ello, exigen a Interior que refuerce la plantilla para evitar incidentes como el vivido ayer, así como un incremento de la cuantía del complemento de territorialidad que cobran mensualmente (para equipararlo al de los policías destinados en la ciudad de Madrid o en los servicios centrales).
Finalmente, desde la Confederación Española de la Policía exigen "un mayor reconocimiento, en forma de más felicitaciones públicas y condecoraciones, que ponga fin a una etapa en la que el número de recompensas profesionales está siendo prácticamente testimonial, desincentivando a los grandes profesionales que prestan servicio en Barajas, tanto en el ámbito de Seguridad Ciudadana como en el de Extranjería y Fronteras o Policía Judicial".
La política de improvisación del Gobierno de Pedro Sánchez en materia migratoria ha provocado colapsos en las salas de acogida de inmigrantes del aeropuerto Madrid-Barajas. Y es que el "parche" utilizado por el Ejecutivo en enero de este mismo año para solventar el caos de las salas de asilo ante la llegada masiva de inmigrantes irregulares, no sirvió de nada. Tanto es así, que en junio una de las salas de inadmitidos del aeropuerto madrileño se saturó completamente por la llegada masiva de personas desde Mauritania con la compañía Royal Air Maroc.
Este suceso volvió a poner sobre la mesa el el ninguneo de Grande-Marlaska, incapaz de atender las necesidades de los policías nacionales e implementar las medidas y medios materiales y humanos necesarios para garantizar la seguridad y la integridad de los agentes. Y de poco parece haber servido también el visado transitorio impuesto a los ciudadanos de Mauritania desde el pasado 28 de agosto, como demuestra el incidente vivido este domingo.