La morosidad de las facturas asfixia a las pymes españolas. El periodo medio de pago (PMP) de las facturas se situó en 80,2 días en el segundo trimestre de 2024, 1,5 días menos que en el mismo periodo del año anterior pero 20 días por encima del plazo máximo fijado por la ley 15/2010, de 60 días, según recoge el Observatorio de Morosidad de Cepyme, elaborado trimestralmente con datos de Informa D&B y Cesce. Esta persistente morosidad ha tenido un especial impacto sobre las pymes, cuyo esfuerzo financiero asociado a la deuda comercial asciende a 2.750 millones de euros en el segundo trimestre, un 18,5% más respecto al mismo periodo del año anterior, lo que detrae recursos de las pymes para la inversión o la creación de empleo.
Del total del coste financiero, 1.480 millones (+16,9% interanual) se explican por el esfuerzo para financiar las ventas que se cobran dentro de los plazos acordados; y los restantes 1.270 millones (+20,5% interanual), por el tramo moroso de la deuda comercial (las ventas que se cobran más allá de los 60 días).
El esfuerzo financiero alcanzó a prácticamente los 900 millones de euros (+16,4% interanual) para las pequeñas empresas, en tanto que para las empresas medianas fue de 590 millones de euros (+17,7%). La diferencia fue más marcada en lo que respecta al tramo moroso, ya que el esfuerzo financiero vinculado con el mismo fue de 630 millones de euros para las empresas pequeñas (+8,7%) y 640 millones de euros para las medianas (+35,1%)
El esfuerzo financiero vinculado con la deuda comercial equivalió al 0,21% de las ventas de las pymes en ese mismo período, dos décimas más que el año anterior y la proporción más elevada desde 2015. Con relación al PIB, el esfuerzo financiero anualizado de las pymes por la deuda comercial alcanzó al 0,18% del PIB del segundo trimestre, que también es mayor que el dato de un año antes, que era del 0,16%, y es el porcentaje más alto para un segundo trimestre desde 2013.
Según Cepyme, el periodo medio de pago se redujo en el segundo trimestre en las micro y las pequeñas empresas, hasta los 74,5 y 78,7 días, respectivamente, pero se incremento en las medianas en 0,9 días, hasta situarse por encima de los 85 días. En el caso de las grandes empresas, el periodo medio de pago avanzó 3,5 días en el segundo trimestre en relación al mismo periodo de 2023, hasta los 90,5 días, superando en 30 días el límite marcado por la ley.
Entre los cuatro grandes sectores económicos, el periodo medio de pago sólo subió en la industria, situándose en 80,7 días, 3,2 más que en el mismo período del año anterior. En la construcción, el periodo medio de pago se redujo en 9,8 días, hasta los 94,9 días, mientras que en los servicios disminuyó en 2,7 días, hasta los 71,2 días, y en el sector agroalimentario se contrajo en de 4,5 días, situándose en 68,7 días.
El período medio de pago se redujo en 13 comunidades autónomas en el segundo trimestre de 2024. Aunque en media nacional ha subido, destacan los descensos en Baleares (-7,6 días), Andalucía (-4,4 días) y Murcia (-3,7 días). Entre los descensos del precio medio de pago también se encuentra el de Galicia, con un recorte de 1,9 días, superior a la reducción media de todo el país (1,5 días), poniendo fin a una serie de ocho trimestres consecutivos con incrementos.
Por el contrario, La Rioja registra tres trimestres seguidos de incrementos interanuales, el último de 6,5 días. Las otras dos comunidades cuyos precios medios de pago aumentaron fueron Cantabria y Castilla y León (0,9 y 0,2 días, respectivamente). Murcia es la región con un periodo medio de pago más prolongado, de 92,6 días, seguida de Madrid (90,1 días) y Galicia (88,6 días). En el otro extremo se sitúan Aragón (68,1 días) y. Castilla y León y Baleares, con 70,5 y 71,2 días, respectivamente.
En cuanto al índice de morosidad en ventas a plazo (IMFVP), que analiza la tendencia de las empresas a recurrir a acuerdos de aplazamientos del pago de facturas en sus relaciones comerciales, este mantuvo la tendencia de descenso de los dos trimestres anteriores, situándose en 45,4 puntos, el nivel más bajo desde septiembre de 2022, según Cepyme.
Por tamaño de empresa, el índice de morosidad en las ventas a plazo retrocedió por tercer trimestre consecutivo tanto en las empresas pequeñas (-15,3%, hasta 37,3 puntos) como en las medianas (-22,9%, hasta 58,4 puntos). Por su parte, en las microempresas, el IMFVP bajó un 10,6% interanual, rompiendo una serie de ocho aumentos consecutivos, hasta situarse en 76,9 puntos. En el caso de las grandes empresas, Cepyme señala que este indicador sufre una "fuerte volatilidad" lo que, unida a un efecto base, lo sitúa en 675,1 puntos.
Otorgando un valor de 100 a la tasa de morosidad promedio del conjunto de España en las ventas a plazo, las grandes empresas muestran la peor situación relativa, con un índice de 466,4. A mucha distancia, aunque también por encima de la media nacional, están las microempresas, con 152,5 puntos. En cambio, las empresas pequeñas sobrellevan una morosidad en las ventas a plazo que es un poco más baja que la media general (95,6 puntos), mientras que las firmas medianas presentan la mejor situación relativa con un índice de 74,6 puntos.