La debacle electoral que sufrió el partido en las elecciones autonómicas y municipales del 28M y su pérdida de influencia a nivel nacional tras coaligarse con Sumar el 23J ha tenido ya varias consecuencias. A la económica, con una reducción de 2,7 millones de euros en un año en subvenciones públicas, se suma el adelgazamiento de la estructura de la formación que ha ido acometiendo en los últimos años para tratar de frenar así un desastre económico que, sin embargo, ya asoma en las cuentas moradas con 4,6 millones de euros en pérdidas respecto a 2022.
Los morados, que llegaron a tener en plantilla hasta 457 trabajadores –o bien con contrato indefinido o temporal– en 2017, cuentan ahora con tan solo 69, de los cuáles uno tiene contrato temporal, según consta en el balance de cuentas correspondiente a 2023 y publicado por el partido este verano. Esto se debe, en buena medida, a que el partido que dirige Ione Belarra despidió el año pasado a través de un Expediente de Regulación de Empleo a más de la mitad de su plantilla, al 90 por ciento a nivel autonómico y al 70% a nivel estatal, justo después de que se celebraran las elecciones generales de 2023, donde, en coalición con Sumar, obtuvieron tan solo cinco diputados. Ahora tienen uno menos tras la salida de Lilith Verstrynge del Congreso y del partido.
En total, según adelantó «El Periódico de España», la formación despidió a un centenar de trabajadores. La decadencia electoral del partido obligó a los morados a reducir su plantilla para tratar de aminorar la cuantía de gastos en personal que en 2022 ya suponía un montante de 6,1 millones de euros y coincidía ya con la reducción de ingresos públicos a tan solo 8,8 millones, cuando llegaron a recibir por esta vía hasta 18,9 millones de euros en 2016.
El balance de cuentas del partido correspondiente al pasado año refleja que actualmente la formación cuenta con 69 trabajadores, 85 menos que en el ejercicio anterior, lo que ha conllevado un gasto de 5,4 millones de euros durante este ejercicio para hacer frente a las nóminas de personal. En 2017, el año en el que más personas tenía Podemos trabajando para la organización, gastó 11,9 millones para hacer frente al pago de nóminas.
De momento, se han ahorrado 700.000 euros por esta vía, lo cual, sin embargo, no frena las pérdidas a las que se enfrentan los morados y que todavía pueden ser más dramáticas en el próximo ejercicio, debido a que en 2024 los morados desaparecieron del Parlamento vasco, –por lo cual no recibirán subvenciones– unido a que renunciaron a presentarse a las elecciones catalanas. Sí percibirán casi 700.000 euros en subvenciones públicas por los dos escaños que lograron en las pasadas elecciones europeas con Irene Montero e Isa Serra como eurodiputadas.
Por otro lado, el partido vuelve a suspender en paridad, a pesar de sus reivindicaciones históricas en este sentido. Es el punto débil de los morados y es que, desde su nacimiento, siempre han contratado a más hombres que mujeres. Así, a pesar de haber sido los responsables del Ministerio de Igualdad y de predicar a favor de conseguir la paridad en las empresas e instituciones públicas para acabar con el techo de cristal, el balance general indica que no siguieron su propio ejemplo. De hecho, los morados cerraron 2023 con ese mismo déficit y, de 69 trabajadores, tan solo 28 son mujeres. Lo mismo ocurrió en 2022: de 154 trabajadores, solo 47 eran mujeres. El primer año de vida de Podemos, 2014, contaba con 24 trabajadores y 21 eran hombres. Precisamente fue Podemos quien logró convencer al PSOE en el Congreso de acordar que en la Ley de Paridad las mujeres puedan superar el 60% en empresas cotizadas y en las listas electorales u órganos como el Tribunal Constitucional o el Consejo General del Poder Judicial.
Estas contrataciones, en las que el partido reconoce su talón de Aquiles a la hora de incumplir con la paridad, contrasta con la alta presencia de mujeres a nivel institucional y territorial. En el Congreso, tres de los cuatro representantes son mujeres, unido a las dos eurodiputadas que resultaron elegidas tras el 9J. Además, la mayoría de líderes autonómicos del partido son mujeres, 12 de 18. También hay una alta representación de mujeres en su dirección estatal.