La Carballeira de San Xusto ha vuelto a convertirse este año en el epicentro de los populares de cara al inicio del nuevo curso político, un símbolo de unión de un PP que busca cerrar filas en torno a su líder, Alberto Núñez Feijóo, como única alternativa al Gobierno de Sánchez y para defender la necesidad de blindar "la igualdad de todos los españoles" ante "el chantaje catalán".
El día amenazaba lluvioso, pero finalmente ha respetado un encuentro en el que han participado unas 2.000 personas, entre ellos militantes y gran parte de la cúpula del PP, que ha vuelto a reunirse bajo los centenarios árboles en la tierra de Antón Fraguas, que nombró hija adoptiva a la desaparecida escritora brasileña Nélida Piñón.
Para los populares es ya una tradición, puesto que este espacio ha sido el elegido desde antes de la pandemia para abrir su curso político, a excepción del pasado año, en el que Feijóo escogió el escenario del Castillo de Soutomaior, un enclave simbólico al que el BNG y el PSdeG, en los años en los que gobernaron la Diputación de Pontevedra, decidieron cerrarles la puerta.
La decisión de Feijóo de iniciar el año pasado el curso político en Soutomaior suponía un alarde por parte del PP, ya que tras las elecciones municipales de mayo los populares recuperaron la Diputación de Pontevedra y decidieron utilizar este enclave que había sido vetado durante siete años por la socialista Carmela Silva. Desde el PSOE aplaudieron la "rectificación" del PP y que decidiera este año "volver a la sombra" de la Carballeira tras la celebración a toda prisa del acto en Soutomaior, ya que el recinto estaba reservado con antelación para la celebración de una boda.
Sea como sea, el PP ha regresado a sus costumbres y ha comenzado el curso político en la Carballeira, a la que Feijóo ha llegado puntual, acompañado de la secretaria general del PP, Cuca Gamarra; el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el presidente de la Diputación de Pontevedra, Luis López; la secretaria general del PPdeG, Paula Prado; y el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.
A la entrada del recinto se han unido el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón; los únicos representantes autonómicos del PP que este año han acompañado a Feijóo en su primer acto multitudinario tras las vacaciones de verano. Ni las presidentas de Extremadura, Cantabria o Islas Baleares; María Guardiola, María José Sáenz de Buruaga y Marga Prohens, respectivamente; ni los presidentes de Andalucía, Aragón, La Rioja y Murcia; Juanma Moreno, Jorge Azcón, Gonzalo Capellán y Fernando López Miras, han acudido al acto. También se ha ausentado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Los que sí han acudido han sido el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado; así como el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, los presidentes de las diputaciones de Lugo y Ourense; todos los consejeros de Gobierno gallego, alcaldes, militantes e históricos del partido, como el exministro de Sanidad y exvicepresidente de la Xunta José Manuel Romay Beccaría.
"Es un placer estar hoy aquí. No hay que perder las grandes costumbres", ha comenzado su discurso Feijóo, en referencia al regreso a Cerdedo. Feijóo se sentía cómodo en "su casa" y así lo hizo ver, dejándose querer por todo el partido. "Galicia sigue en mi corazón y en mi agenda", ha dicho, a la vez que ha agradecido la asistencia y el legado del militante "más joven" -a modo de ironía-, José Manuel Romay, de 90 años; así como del expresidente Rajoy, que "toda la gente valora y respeta". "Es lo máximo a lo que puede aspirar un presidente del Gobierno", ha declarado.
En el acto podían verse la bandera de España y la de Galicia, pero la que más se repetía era la de Venezuela, que algunos militantes enarbolaban como acto de protesta tras el resultado de las pasadas elecciones en el país, que dio de nuevo la victoria a Nicolás Maduro bajo sospechas de fraude.
A ellos también se ha referido Feijóo, que ha dicho que España "no es un país bananero" y ha defendido "la democracia" y que "con toda claridad" el ganador "legítimo" de las elecciones en Venezuela es Edmundo González.
"Es el que ha obtenido la mayoría de los votos de su pueblo. Por eso le exijo al Gobierno que lo diga, que lo defienda y que lo lidere en la UE y en la Comunidad Iberoamericana", ha expresado, a la vez que se ha preguntado si Zapatero o todo el PSOE "le debe algo al régimen de Maduro", puesto que "España no".
Con este mensaje, Feijóo ha cerrado una cita en la que ha sido el absoluto protagonista y en el que se ha postulado como "alternativa seria" al Gobierno de Sánchez, que "sobra" y que está "en decadencia". "Llegaremos al Gobierno porque convenceremos a una mayoría de españoles y no por comprar el apoyo de nadie", ha vaticinado.
"España tiene en el Partido Popular lo que necesita, porque España es mucho más que un pésimo Gobierno y un presidente que no está a la altura de su cargo ni de su pueblo", ha dicho Feijóo.
Núñez Feijóo ha acusado también al Gobierno de generar "una crisis sin precedentes" de inmigración irregular en España y ha asegurado que, en este nuevo curso político que ahora arranca, el PP "gestionará todos los problemas", incluida la cuestión migratoria, que ha calificado como "problema difícil". "Y os prometo en este inicio de curso político que vamos a acabar con la concepción bananera que tiene Sánchez del Gobierno, de las instituciones y de la ley. España no es un país bananero, no tiene una democracia bananera. Y acabaremos con esa concepción del Gobierno, de la ley y de las instituciones que tiene Sánchez. Os aseguro que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no se van a volver a someter a ningún ridículo de fugas televisadas", ha indicado.
Feijóo también ha criticado la financiación singular para Cataluña y ha deslizado que "no sabe cómo acabará" el Partido Socialista. "Tiene pinta que, como siempre, con la purga de todo el que le tosa", ha indicado. Ha arremetido contra Sánchez al señalar que "es más fácil entrar en la Moncloa si patrocinas una cátedra", en alusión a la investigación judicial en curso que pesa sobre la mujer del presidente, Begoña Gómez, por presunta corrupción y tráfico de influencias, que "si ganas por mayoría" en las elecciones. El líder del PP ha calificado al propio Sánchez como "un pésimo presidente que solo se sirve a sí mismo".