Oporto tiene algo especial, algo que inevitablemente seduce a quien la visita. Es una ciudad que provoca la sensación de estar en un segundo hogar, y es que gran parte de su arrebatador encanto reside en la calidez que emana de su fisonomía y de sus amables gentes.
A las puertas del otoño, Oporto comienza a vestirse de colores cálidos y el clima se vuelve muy suave y agradable, perfecto para pasear y envolverse de la esencia tan seductora como acogedora que la caracteriza. Por ello, septiembre u octubre son meses ideales para hacer un idílico paseo en barco por el río Duero, visitar bodegas emblemáticas como la de Graham's Port Lodge en la cercana y vinícola ciudad de Vila Nova de Gaia, asistir a un espectáculo de fado o simplemente disfrutar de un bello casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad.
El recorrido por Oporto es recomendable iniciarlo en la icónica Ribeira, una de las zonas más bonitas de toda la ciudad. Fotografiar y deleitarse con la belleza de los colores de la fachada y su reflejo en el agua es algo casi obligado. Desde la Ribeira, se tiene una vista espectacular del icónico puente Don Luis I, al cual merece la pena acercarse para disfrutar de la vista panorámica, como también resulta un plan de lo más apetecible pararse en uno de los cafés y restaurantes que se extienden a lo largo de la Ribeira.
Subiendo hacia el centro, la Catedral se alza majestuosa en el barrio de Batalha. Este edificio del siglo XII es uno de los más antiguos; su sobrio exterior contrasta con el impresionante claustro gótico decorado con azulejos del siglo XIV. A pocos metros, la Torre de los Clérigos es otro imperdible. De estilo barroco, subir los 240 escalones de su torre de 76 metros es garantía de tener las mejores vistas de todo el centro histórico. Muy cerca, la Livraria Lello, considerada una de las librerías más bellas del mundo, fascina con su arquitectura neogótica y su atmósfera literaria. Es una visita obligada, especialmente para los amantes de las letras y la literatura.
En esta zona, hay también museos que son ideales para una parada cultural. Un ejemplo de ello es el World of Discoveries, en el bonito barrio de Miragaia. Está inspirado en la historia de los navegantes portugueses y sus conquistas, y hay una sala dedicada a las embarcaciones con modelos a escala, pero lo más llamativo de este museo es su parque temático con un recorrido en bote y con un montón de efectos visuales. Los amantes del arte pueden aprovechar para acercarse al Museo Nacional Soares dos Reis, instalado en un palacio neoclásico del siglo XVIII. Sobresale su colección de pintura portuguesa de los siglos XIX y XX.
Siguiendo la ruta, un imprescindible es la estación de tren de San Bento, de una belleza extraordinaria gracias a sus más de 20.000 azulejos decorados con momentos de la historia del país. Otra opción destacada es el Mercado de Bolhão, donde hay todo tipo de puestos: desde frutas y verduras a algunos de carne, embutidos y pescado. También hay puestecitos de flores que ponen la nota de color a este mercado tan emblemático portuense.
Además de estos atractivos imperdibles, entre los cuales habría que incluir el magnífico Palacio de la Bolsa con su Salón Árabe, también hay lugares más ocultos para los viajeros. Uno de estos rincones es el Faro de Felgueiras. Situado en un malecón justo en la desembocadura del Duero, donde el río se une con el océano, este faro es perfecto para contemplar el atardecer y disfrutar de la majestuosidad de las olas chocando con la orilla.
Los Jardines del Palacio de Cristal son otro tesoro escondido. De arquitectura romántica, con un lago y varias fuentes adornando el escenario, así como una biblioteca pública y el propio Palacio de Cristal, es un lugar ideal para pasear y hacer fotografías en un entorno de ensueño.
Para aquellos que deseen explorar más allá de los encantos de Oporto, una excursión a Braga es una opción excelente. Situada a solo una hora en tren desde Oporto, Braga es conocida como la «Roma de Portugal» por su gran cantidad de iglesias y su rica historia. Comenzar la visita en el Santuario de Bom Jesus do Monte, famoso por su espectacular escalera barroca, es una experiencia única. Con más de 570 escalones, la subida ofrece vistas panorámicas de la ciudad desde la cima. Además, el histórico funicular, el más antiguo de la península ibérica, funciona mediante un sistema de contrapeso de agua, proporcionando una alternativa cómoda para llegar a la cumbre.
La Catedral de Braga, fundada en el siglo XI, es todo un símbolo de la historia de esta ciudad, no en vano se trata de la catedral más antigua de Portugal. Contemplarla y pasear por su interior permite admirar una maravillosa mezcla de estilos que atestiguan la evolución arquitectónica del templo y la propia ciudad.
El centro histórico de Braga, con la Plaza de la República y el Jardín de Santa Bárbara, ofrece un encanto particular con sus cafés y pequeñas tiendecitas. El Museo dos Biscaínhos, ubicado en un palacio residencial del siglo XVII, alberga un museo que recorre la historia y la cultura de Braga, complementado por sus impresionantes jardines. Destaca también la Iglesia de Santa Cruz de estilo barroco manierista.
Lo cierto es que Oporto no solo atrapa con su belleza, calidez y gastronomía, es también la puerta de entrada a otros lugares maravillosos como Braga. Y por supuesto, resulta un destino ideal para dar la bienvenida al otoño.