Alrededor de las siete de la tarde, la Princesa Leonor llegó a la Academia Naval de Marín para iniciar su segundo año de formación militar. Lo hizo bajo una gran expectación, ya que por primera vez la hemos visto luciendo el uniforme de la Armada, completamente blanco y con chaqueta abotonada.En concreto, la Princesa llevaba varias insignias bordadas, entre ellas la de la orden de Carlos III, y la del Mérito Militar, que le fue concedida el pasado junio, cuando terminó su andadura en la Academia General de Zaragoza, y le fue entregada por su padre, Felipe VI.
A su llegada, la Heredera firmó en el libro de honor donde reconoció iniciar esta nueva etapa con «ilusión». «Hoy me incorporo, con gran ilusión, a esta Escuela Naval Militar para continuar con mi formación castrense. Estoy segura de que aquí tendré la oportunidad de aprender mucho y compartir muchas experiencias importantes junto a mis compañeros de formación», confesó.
En esta ocasión, cruzó la puerta de entrada al complejo militar sin el apoyo de los Reyes y su hermana quienes se encuentran ya inmersos en sus actividades oficiales. Por lo tanto, no hemos tenido imágenes de sus padres despidiéndola, como ocurrió el año pasado en su ingreso en la Academia Militar General de Zaragoza cuando Don Felipe y Doña Letizia, así como la Infanta Sofía, la acompañaron porque era su primer curso. Ahora, ya como parte del Ejército y alcanzada la mayoría de edad, la Heredera al trono llegó sola para iniciar el curso como alumna de tercero con el rango de guardiamarina, equivalente al de alférez. Sin embargo, la Princesa ya conocía las instalaciones. El pasado mes de julio coincidiendo con la festividad de la Virgen del Carmen, patrona de los marinos en una villa, Marín, que vive estrechamente de cara al mar, acudió junto a sus padres a la entrega de diplomas. Ya entonces, el director de la Academia le dedicó unas palabras: «Bienvenida, alteza, a vuestra casa», le dijo. El curso, como es habitual, se divide en dos partes: una que es más académica en la Escuela Naval y otra en el buque-escuela «Juan Sebastián Elcano», donde embarcará en enero. En caso de mantenerse un plan similar al de otros años se embarcará en Cádiz para realizar el crucero de instrucción que le lleve a cruzar el Atlántico . La formación militar de la primogénita de los Reyes seguirá el mismo esquema que en el seno del Ejército de Tierra, es decir, formarse con un plan de estudios adaptado a su realidad, pero realizando las mismas duras maniobras. No en vano, en Zaragoza cumplió prácticamente los mismos hitos que sus compañeros: desde la entrega de la boina grancé, el sable de oficial o la jura de bandera.
En su día a día en Marín, se levantará a las 6:45. Los alumnos se preparan, desayunan, arreglan sus habitaciones y a las 7:50 toca pasar «revista de policía». A continuación, irán a clase: cinco horas por la mañana y tres por la tarde. Disponen de una hora para comer y todos los días deben de realizar una hora de gimnasia. A las 18:00 tiene lugar un acto militar, la «lectura de la orden» y a las 22:30 tienen que irse a dormir. En marzo de 2023, el Consejo de Ministros dio luz verde al real decreto por el que se reguló tanto su formación como la carrera militar de la Heredera, un «asunto relevante» como señaló, entonces, la ministra de Defensa, Margarita Robles. Tras finalizar su formación en el Ejército de Tierra, que inició con los alumnos que empezaron en primer curso hasta que juró bandera, se incorporó al segundo curso en la misma Academia de Zaragoza.
Ahora, la Princesa se ha incorporado al tercer curso en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra). Un destino en el que estará un año y en el que, además, embarcará en el buque escuela de la Armada, el «Juan Sebastián de Elcano». Una vez completada esa formación naval específica pasará a la Academia General del Aire en Murcia.
