Una decena de jóvenes con autismo iniciaba ayer su peregrinaje a Santiago de Compostela, en el marco del proyecto «Caminautismo», del que informaba Ep.
Han partido de Sarria (Lugo) para recorrer una primera etapa hasta Portomarín, y la previsión que tienen es la de llegar a Santiago el próximo 4 de septiembre.
Para los jóvenes con autismo la experiencia del Camino de Santiago supone un desafío, al enfrentarse con dificultades como la relación con el entorno, las comunicaciones en otro idioma o tener que pernoctar lejos de sus familias, a lo que se añaden las exigencias físicas. Sin embargo, esta iniciativa también les brinda la oportunidad de superarse y demostrar de lo que son capaces, y les ayuda a ganar confianza en sus habilidades.
Agentes voluntarios de la Guardia Civil y de los Carabinieri de Italia se encargan de la seguridad de este grupo, cuya experiencia también servirá, desde el punto de vista de la investigación, para demostrar que el Camino ayuda a reducir la depresión y la ansiedad en las personas con autismo.
Desde la web nacional destinada al autismo se hacen una serie de recomendaciones para que esta experiencia enriquecedora lo sea en su máxima expresión también para estas personas.
La preparación previa es fundamental, y es importante que las personas con autismo tengan una idea clara de lo que les espera en el camino. Ofrecerles una información detallada sobre las etapas, los desafíos y las experiencias que tendrán a lo largo del camino se convierte en algo clave. También es recomendable hacer un recorrido virtual para que puedan familiarizarse con el entorno.
Buscar alojamientos que ofrezcan habitaciones tranquilas y espaciosas, que pueda aislar los ruidos y estímulos externos también es una necesidad para garantizar un buen descanso, así como los horarios planificados, lo que les ayuda a sentirse más seguros y cómodos.
Las personas con autismo pueden tener dificultades para leer señales sociales y entender instrucciones, por lo que ofrecerles una comunicación clara y directa, utilizando herramientas visuales si es necesario, es una buena forma de garantizar la inclusión. Una inclusión que necesita sí o sí ir acompañada de apoyo emocional.
«El Camino de Santiago puede ser una experiencia emocionalmente intensa, por lo que es importante contar con apoyo emocional para las personas con autismo. Tener un acompañante o guía que entienda las necesidades de la persona con autismo puede ser muy beneficioso», defienden desde el portal digital.
Existen varios recursos y apoyos para que las familias de personas con autismo puedan planificar y disfrutar de una peregrinación al Camino de Santiago. Uno de ellos es la Federación Autismo Galicia, que ofrece información y asesoramiento en cuanto a los recursos y servicios disponibles.
